4 de septiembre de 2008

MARBELLA Y SU DINERO

Hace unas semanas el Tribunal de Cuentas dio a conocer lo que podríamos llamar el Debe y el Haber del Ayuntamiento de Marbella. Concretamente el “Debe”, porque, su opuesto, como sabrán exhaustivamente, es tan escaso que mejor haríamos en llamarlo inexistente. A pesar de que el conocimiento siempre será mejor que la ignorancia, debo decir que lo dado a luz pública por el citado Tribunal ha producido en algunas personas (entre las que me cuento) una doble sensación que va del estupor a la indignación, ganándole la partida esta última. El rumor popular, desgraciadamente tan poco eficaz, ya nos había hecho saber que lo ocurrido en nuestra ciudad en los pasados quince años era casi imposible de cuantificar. Pues bien, ahora lo hacen con cifras que prefiero no exponer, más el añadido de las causas -al menos algunas de ellas- que dieron lugar a lo que sin eufemismos debe llamarse robo descarado e infame. Entre ellas destacan las facturas realizadas por obras inexistentes, los anteproyectos y proyectos de idéntico calado y un elevado número de gastos justificados bajo tantas mentiras y de tan absurdo nombre que más parece un relato infantil de terror, si no fuera porque dentro de ello va la totalidad del dinero de un pueblo y sus habitantes. Sólo una pregunta : ¿Qué hacían mientras tanto nuestros políticos de las siglas que fueren? Dirán que poner denuncias que durante 15 años no dieron resultado. ¿Qué hacía, entonces el Tribunal al que correspondiera con dichas denuncias? ¿Qué hacía el pueblo además de rumorear por lo bajito y en forma de cotilleo?. Mientras, si conozco lo que dicen y comentan fuera de nuestra ciudad : Que sólo a un pueblo ignorante y pleno de desidia pueden engañarle de esas manera. No puedo refutar esa afirmación. Pero si exponer que para qué nos valen políticos, jueces y hasta el mismísimo Tribunal de Cuentas si durante todos esos años han mirado para otro lado permitiendo que las cifras alcanzasen tamaño descalabro.
Ante un hecho de esa envergadura hubo de tomarse las medidas más extremas (llegado el caso si me lo permiten, hasta un levantamiento popular) con tal de que el robo no tuviese lugar, o, fíjense, al menos, nos hubiese dejado para hacer unos cuantos colegios, residencias de ancianos o bibliotecas.
Cada vez que oigo al político de turno decir que estamos sin un duro, además de pensar cual fue su actuación mientras nos esquilmaban, siento un nudo estomacal formado por la indignación y la vergüenza de ser tomada por una ciudadana idiota.
Como no puedo anular los estamentos constitucionales, me conformo y confieso que no votaré más a partido político alguno. ¡Para lo que sirven!

Ana María Mata
Historiadora y novelista.
1 septiembre 2008

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Las personas que usamos la cabeza como forma habitual de ganarnos la vida, no podemos entender usando la lógica, cómo pueden suceder estas cosas. Y cuando llegamos a entenderlo, es cuando nos llega la indignación y esa sensación de imbecilidad.

Se nos toma el pelo a nivel local, regional, nacional y mundial. Y cada vez que llegan unas elecciones, surge la eterna pregunta -¿quién parece que es el menos inepto de los que se presentan? ¿quién puede hacer las cosas de forma que avancemos de un modo coherente y legal?- Y ahí es cuando uno se plantea el ni molestarse en ir a votar, por mucho que te digan que es tu obligación ¿y cual es la de los políticos? Pero si hasta el presi, con esa cara de niño bueno, de delegado de clase de un colegio de curas, ha confundido al personal con lo de los 400 euros.

Me siento tan desarmado como tú ante tales desórdenes, y mira que lo veía venir ... Y cuando me da la risa total es cuando alguien decide dar la orden de derribar un edificio ya construido y habitado, porque no cumplía con el plan tal; pero bueno, tampoco era legal cuando empezaron la excavación, y absolutamente nadie paralizó la obra, todo el mundo mirando al tendido, y el toro por delante ...

Lo siento, sigo sin poder comprender dentro de mi orden lógico y el concepto del bien, que me ha sido otorgado por el Derecho Natural.

Sempai

la-de-marbella dijo...

Las cosas sucedieron por desidia de unos y aprovechamiento de otros.Casi 3000 personas trabajando en un organismo publico al que jamas hubiesen tenido acceso de no haber entrado a dedo tambien tuvo mucha fuerza a la hora de hacer ganar las elecciones a los mafiosos tantas veces. Tambien se jugo con la desinformación y la manipulación de los ciudadanos. Aun recuerdo aquellos pasquines que nos ponian en los coches con las arengas de gil (al que me niego poner en Mayuscula)contra todo y todos. En cuanto a las paralizaciones, el comentario anonimo tiene razón, era desesperante ver como nadie hacia nada excepto quizas algunos vecinos tachados de locos o peor por el regimen y parte de los ciudadanos.
Como hija de la democracia creo en ella y creo que el sistema puede mejorar. Simplemente hay que tener voluntad de hacerlo.

Anónimo dijo...

Este blog me parece muy interesante, aunque le encuentro una pequeña pega y nunca mejor dicho lo de pequeña. La letra blanca difuminada y su pequeño tamaño hacen que leerlo sea un suplicio, al contrario de los comentarios, que se pueden leer estupendamente.

Por favor, conjuguen la estética con la utilidad. Grácias.