16 de noviembre de 2010

ASUNTOS FARRAGOSOS

(Artículo publicado en el diario Marbella Express el 15 de noviembre de 2010)

Nos encontramos en plena vorágine estadística. Me explico. La sociedad está tan necesitada de datos positivos que el mundo matemático de las estadísticas está haciendo su agosto en pleno Otoño. Se nos bombardea continuamente con cifras, en forma de porcentaje, que tratan de demostrar que hemos tocado fondo, que se empieza a notar la recuperación, que el año próximo será mejor, que… A decir verdad, y sin tener ni idea del asunto, la sensación es que se nos manipula, se juega con nosotros como si de niños se tratara. En la misma sección de economía de cualquier periódico se llegan a dar datos de mejora en los porcentajes de hipotecas concedidas, y en la columna de al lado se informa que siguen aumentando los embargos a familias insolventes.

Se intenta por todos los medios motivar al personal, y ojalá se consiga, que para desengaño ya lo tuvimos hace medio año cuando se anunciaron que se atisbaban brotes verdes.

Sin querer ser aguafiestas, en mi entorno diario no se ve la mejoría por ninguna parte, y los comentarios de profesionales de diversos sectores coinciden en el: ”no me entra nada nuevo desde hace meses”. Lo que queda en las oficinas de abogados, arquitectos, ingenieros y demás gremios son asuntos farragosos, de difícil y trabajosa solución, donde la burocracia, la interminable normativa y las continuas reformas legales no hacen más que dificultar la tramitación.

Como ejemplo anónimo del sinsentido burocrático podría mencionar, entre otros muchos similares, aquel que para poder pagar la reparación de las goteras de la cubierta de su casa, necesita un préstamo, previa división horizontal de su inmueble – por si las moscas – en dos inmuebles diferentes. A partir de aquí se multiplican exponencialmente las tramitaciones. Los diversos estamentos públicos van requiriendo documentación a cada paso, con nula coordinación entre ellos y, en algunos casos, con desconocimiento del procedimiento a seguir por encontrarse dentro del propio laberinto normativo. El edificio lleva más de cincuenta años escriturado y en uso, pero eso no cuenta. Y poco a poco, va pasando el tiempo que marcan los lentos procesos administrativos volviendo a estar aquí la época de lluvias y en consecuencia las goteras a la vivienda.

Los casos así se suceden uno tras otro. En la mayoría, la labor de análisis e investigación previa, solo para poder dar una fiabilidad al posible nuevo cliente, requiere más tiempo que el propio documento en sí. Y claro, ¿qué pasa si una vez realizadas las pesquisas técnicas, consultado el archivo municipal y releído e interpretado el PGOU, finalmente no es factible el proyecto planteado?

Difícil, muy difícil se están poniendo las cosas. Últimamente he leído un par de artículos bajo similar enunciado: “La Arquitectura, obligada a reinventarse”, y en eso estamos. Actualmente parecemos más escribanos, rellenando solicitudes e instancias, que técnicos superiores. Pero no es ese el problema, ni mucho menos, lo duro es que ni así conseguimos mantenernos y ya son escalofriantes las estadísticas de nuestra profesión. Me refiero a la mía, la que me enamoró en su día como una manera de ver la vida, de contribuir en la construcción de la sociedad; pero no les va mejor a los ingenieros, abogados, administradores de fincas…

“Marbella va a salir antes que los demás”. Esta letanía, justificada por el parón vivido en el municipio tras los archiconocidos escándalos políticos y urbanísticos, es nuestro bote salvavidas al que nos asimos en estos momentos. Algo de cierto debe haber, ya que el atractivo de la ciudad sigue intacto e incluso reforzado por la legalidad actual.

En cualquier caso, queridos lectores, confiemos en los ciclos de la vida y de alguna manera saldremos de estas. Mientras tanto, estamos ahí, detrás de esas placas que lucen en los portales de los edificios de oficinas. Gracias.

Arturo Reque Mata
Arquitecto

3 comentarios:

Órfilo M. Aranda dijo...

Así andamos los profesionales libres, los más sanos, los que no podemos enfermar porque no podemos permitirnos tanto lujo y hay que trabajar a diario.

La arquitectura no sé si habrá que reinventarla,lo que sí hay que mejorar son los trámites administrativos, porque se nos aburren los clientes con tanto trámite burocrático y tanta lentitud en la concesión de licencias, haya crisis o no.

Salud.

Anónimo dijo...

Interesante reflexión, Arturo. Me permito añadirle alguna pincelada más, que creo muestra con claridad el anquilosamiento de la burocracia que nos rodea: hace unos días escuché a una representante de un partido político de ámbito nacional dando, por una vez y aunque no sirva de precedente, una opinión bien fundada; venía a decir que resulta absurdo que todavía hoy, en esta sociedad de la multi-información y los infinitos canales de transmisión, las distintas administraciones públicas no estén conectadas entre sí, de manera que, cada vez que queremos matricularnos en la universidad, o solicitar un certificado,o..., tengamos que presentar una eterna retahíla de documentos, que pasados los años, comprobamos que hemos presentado ya miles de veces. Hasta que no se logre dar un paso adelante en este sentido, seguiremos siendo parte del furgón de cola de los países avanzados.

Un saludo a todos.

Andrechu

Anónimo dijo...

Y tanto, 40 años ...

http://www.latribunademarbella.com/noticia/20970/Local-Marbella/primer-derribo-estructura-40-a%C3%B1os.html

:S