23 de diciembre de 2011

MODELO DE CIUDAD


(Artículo publicado en el diario Marbella Express el 23 de Diciembre de 2011)

Se da por sentado que todos ustedes saben de que se habla cuando se menciona, una y otra vez, el P.G.O.U en relación al urbanismo de nuestra ciudad. Su nombre completo es el de Plan General de Ordenación Urbana y es el instrumento que establece la Ley del Suelo para ordenar y clasificar el territorio de los municipios, estableciendo dónde se puede edificar, qué suelo se protege, cómo se obtiene suelo público, cómo se reparten las cargas, etc; pero lo que no deja de ser menos importante, es que es el documento que recoge el modelo de ciudad que vamos a tener.  Ese conjunto de siglas, que ahora vemos como pieza fundamental sobre la que se levantará el futuro de nuestra ciudad, ha sufrido todo tipo de utilización: especialmente grave fue la manipulación experimentada durante la etapa “liberal” de nuestra ciudad –modificándolo a base de convenios e incluso reformándolo sin las aprobaciones reglamentarias para justificar descaradas operaciones especuladoras-, pero también se ha usado en numerosas ocasiones como herramienta electoralista en la confrontación política. La grave situación de ilegalidad de nuestro municipio propició romper con todo lo anterior y, por una vez, Junta de Andalucía y Ayuntamiento, lograron sacar adelante un documento consensuado que reformaba el anterior del 86.
Me adentraría en aguas movedizas si intentase explicarles en unos párrafos cómo recoge el plan la regularización de las obras y edificaciones levantadas fuera de la ley, así que, siento decepcionarles si únicamente intento resumirles aquí el modelo de ciudad que propone el nuevo P.G.O.U.
La memoria informativa del documento introduce conceptos como: calidad integral, modernización de la base productiva, infraestructuras básicas, ciudad jardín, nuevas centralidades o ciudad metropolitana, para exponer el nuevo modelo de ciudad previsto adecuado a las necesidades reales que demanda el municipio tras años de caos urbanístico. Plantea un crecimiento sostenible que preserve los ecosistemas ambientales que nos rodean y controle el ritmo de desarrollo, adecuándolo a la capacidad de asimilación de los recursos. Prevé la creación de nuevas áreas de conocimiento y de nuevas tecnologías que diversifiquen la producción, de manera que se rompa con la dependencia general de sol, playa y gof. Recoge la necesidad de actuar en la mejora de las infraestructuras, mejorando las redes existentes, reforzándolas en caso necesario y coordinándolas con las nuevas áreas de crecimiento. Frente al crecimiento desmesurado y desordenado de la ciudad, reflejo de la especulación sufrida, se prevé un modelo de ciudad jardín “razonablemente compacta”, donde se centralice por zonas la mayoría de los servicios básicos: centros de salud, colegios y guarderías, centros deportivos, así como la alimentación, las farmacias, y otros comercios. En definitiva se trata de recuperar la escala humana de la ciudad, favoreciendo la peatonalización y la movilidad sostenible, evitando los grandes desplazamientos motorizados y los asentamientos aislados. La intermodalidad será pieza fundamental dentro de este modelo de ciudad.
Considera muy importante crear nuevas centralidades en base a nuevas áreas multifuncionales con actividades dinamizadoras de la economía y de la productividad, pero también recoge la necesidad de revitalizar el casco antiguo mediante políticas activas de viviendas, culturales, económicas y sociales.  
Por último, insiste en la necesidad de que Marbella, no solo por volumen poblacional, sino por su peso en la economía provincial, adquiera un papel protagonista en la futura “Ciudad del Sol” metropolitana, aportando propuestas de calidad para el futuro.
Como todos sabemos, el papel lo aguanta todo. Ahora hace falta que soplen vientos favorables que muevan este precioso velero que es nuestra ciudad, y que sea correctamente capitaneado –gestionado–, con transparencia, eficacia y en defensa de los intereses del bien común.

Feliz 2012 para todos ustedes.

Arturo Reque Mata
Arquitecto

19 de diciembre de 2011

EL LARGO CAMINO


(Artículo publicado en el diario Marbella Express el 19 de Diciembre de 2011) 

Dos mil años más o menos atrás una joven pareja viajaba con las incomodidades de la época para cumplir con el deber ciudadano de empadronarse. Embarazada ella, notó aumentar sus molestias y rogó al esposo la búsqueda de una posada por si el acontecimiento se adelantase. No había en Belén lugar alguno que estuviese disponible, y José pensó que aquél cobertizo abandonado podría refugiarlos. Aceptó María el improvisado rincón porque había llegado su hora. Y fue en él, con el calor de la vaca y el burrito (tan apreciados hoy por nuestros niños) donde llegaría a la tierra quién habría de ser el Hombre por excelencia de su historia, y para muchos, el Mesías esperado.
Las posadas fueron, desde el comienzo de los tiempos lugares donde los viajeros pernoctaban cuando el trayecto era largo y necesitaban descansar. El  nombre ha permanecido como sinónimo de acogimiento cálido y de orden familiar. Posee connotaciones románticas de bandoleros, salteadores, piratas y también hombres buenos que solían perseguirlos.
Los lugares emblemáticos tuvieron una  posada para albergar a sus primeros visitantes. Marbella también. Se llamaba “Posada del moro Alí” y aparece incluida en el inventario de los bienes musulmanes que se repartieron los cristianos tras la conquista del Rey Católico, en 1485. A mediados del siglo XIX  Richard Ford, un inglés que recorría España, y que nos brindó en su libro de viajes un bello piropo al escribir que  “Marbella era una ciudad bonita con un nombre bonito”, citó en ella dos posadas : “de la Corona” y “de San Cristobal” ubicadas en “el ruedo de la Plaza pública” (actual Plaza de los Naranjos) y la segunda en la Puerta del Mar. Esta última corresponde a la que fue después Posada de Pepillo, en la calle de San Juan de Dios, primoroso lugar cuya milagrosa existencia duró hasta no hace mucho, aplastada por la especulación y el confort de los años turísticos.
En el siglo XX aparecen las llamadas “Fondas” compitiendo con las posadas, como la de Juan Gaitán en calle Pedraza y “La Rondeña” en la plaza central. En 1919 tiene lugar un nuevo y definitivo cambio de nombre con la palabra “Hotel”. Sería don Antonio Sánchez el que inauguraría el vocablo con su Hotel Comercial, en la calle Valdés, que disponía, según escribió el poeta José Carlos de Luna, “doce habitaciones con  jofainas, jarros y cubos para el aseo, amén de un cuarto de baño colectivo, pues el inmueble carece de agua corriente”. La clientela comenzó siendo personas en tránsito para continuar con los primeros veraneantes, españoles del interior que empezaban a descubrir el benigno clima de Marbella. El negocio fue tan bien que en 1952 cambia de emplazamiento y se sitúa cara a la Alameda, en la Avda. Ramón y Cajal.  Antonio Sánchez y María Cuevas fueron los pioneros dentro de la ciudad del alojamiento y la estancia amable. Quizás no imaginaron al abrir el Comercial, el  éxito que iba a adquirir en los años próximos, cuando tomó el nombre de Salduba. En su acera se reunían corredores de fincas, y allí darían comienzo las primeras operaciones inmobiliarias. Pero más notable aún  fue el renombre que dicha acera y sus mesas fue tomando según llegaban los privilegiados primeros turistas. Todos querían una silla en el Salduba, tanto para ver como para ser vistos; logró un cierto cosmopolitismo con las primeras voces en inglés o francés, y las vistosas piernas de extranjeras en cortísimos  pantalones. Desapareció en 1975, adquirido por una entidad bancaria. Costó trabajo acostumbrarse a la pérdida de el Salduba y al silencio en una acera tan concurrida. Su nombre fue como nuestra presentación en sociedad, la llamada puesta de largo.
En octubre de 1933 la familia Laguno inauguró en los Llanos de San Ramón el Hotel Miramar, empleando por vez primera la expresión “Costa del Sol” en su propaganda, ya en francés e inglés. Lo definían como hotel moderno, con agua caliente y restaurante. Las pretensiones de elegancia y distinción de los Laguno quedaron rotas por la Guerra Civil, y ante la pérdida de clientes extranjeros vendieron el hotel y se instalaron en Málaga. En los años 60 la familia Romero Ugaldezubiar lo pondría de nuevo en explotación, ampliado, y con el nombre de Miramar-Playa.
Al mismo tiempo que un visionario, mujeriego y aristócrata se enamoraba de estas tierras y concebía futuro turístico en ellas hasta el punto de gastar su herencia en la compra de lo que luego serían “Las Cabañas de El Rodeo”, una mujer menuda y extravagante lloraba su viudedad en un enorme caserón llamado El Fuerte. La necesidad de dinero la llevó a alquilar habitaciones a visitantes que ella misma elegía y a los que leía las cartas del Tarot mientras a lo lejos les indicaba desde la terraza la silueta del Peñon de Gibraltar. Elvira Vidal, La Dama de El Fuerte, albergó en improvisada pensión a ministros del gobierno franquista y a Ricardo Soriano, Marqués de Ivanrey, el visionario mencionado que nos transportaría con el paso del tiempo a una dimensión turística imprevista.
Lejos quedaban ya las posadas y próximos los grandes y lujosos hoteles. Entre ambos un largo y no siempre fácil, camino.
Ana María Mata
Historiadora  y novelista  


8 de diciembre de 2011

Charla sobre el urbanismo de Marbella.

El arquitecto, Arturo Reque, charla con la periodista de Onda Cero Marbella, Rafaela Sánchez, sobre el urbanismo de Marbella.

14 de noviembre de 2011

EL HOGAR DE LAS ESTRELLAS. CHASKAWASY


(Artículo publicado en el diario Marbella Express del 14 de noviembre de 2011)
Me comprenderán si les digo que ante un nombre tan bonito como el que encabeza estas líneas, entren ganas de comenzar a escribir diciendo:”Erase una vez una joven…”. Ocurre que el trasfondo del tema, siendo bello, es en esencia tan profundo y hasta dramático, que nada tiene que ver con aquellos deliciosos cuentos de nuestra infancia.
Lo es porque la vida tiene aspectos muy diversos, y uno de ellos, quizás de los más tristes, consiste en las dificultades que en países pobres tienen los niños con algún tipo de discapacidad, sea esta psíquica o sensorial. Si ya lo es en los que llamamos civilizados o de alta renta económica, en los otros, donde la prioridad es la alimentación sin más, el analfabetismo una señal de identidad y la pobreza –por desgracia- una marca consagrada, la existencia de estos niños posee todas las características de infierno transformado en estigma que han de llevar como una culpa que nunca cometieron.
Por fortuna dentro del otro mundo, por lo general deshumanizado y envuelto en un mercantilismo feroz, existen seres distintos cuyo objetivo no está fuera sino en el interior de lo que solemos llamar alma. Y para estas personas, desconocedoras del movimiento bursátil y el Fondo Monetario, el dinero es tan solo el vehículo obligado para transitar por un sendero diferente: el que vamos a conocer como “de las estrellas”, por alusión a la alegoría que el vocablo quechua “chaskawasy” significa.
En la región andina del Perú, concretamente en Cuzco, en el año 2001, un grupo de amigos encabezado por la joven de Marbella  Nieves Medina, consiguen, después de arduos esfuerzos constituir una asociación a la que llaman El Hogar de las Estrellas, o Chaskawasy. Son jóvenes, la mayoría profesionales, están en la edad dorada de los proyectos, relaciones personales…la vida les induce al placer en sus múltiples formas; y un día piensan que un mundo mejor puede ser posible, un mundo-según sus propias palabras- donde las diferencias no tengan efectos comparativos, donde ser un niño no suponga un problema sino una alegría que merece la pena cuidar.
Así es como nace este llamado Hogar, para atender a menores con algún tipo de discapacidad que son puestos a disposición judicial o sufren situaciones de extrema pobreza.  Niños que padecen problemas de audición, lenguaje o deficiencias mentales.
Niños huérfanos, salvados del río o de prostíbulos, violados o sometidos a torturas innombrables. Escoria para la sociedad actual en la que solo tienen lugar los triunfadores, la belleza física o la acumulación de bienes temporales.
Nieves Medina, la joven abogada que lleva en Cuzco desde el año 2001 ha comenzado recientemente a escribir en una página Web de Internet sus experiencias de estos diez años de lucha, página emocionante y conmovedora en las que vuelca su intento de lograr una familia en la que participaran todos los que sienten la imperiosa necesidad de ayudar a esos niños, compartiendo responsabilidades, decisiones, alegrías y penas. Alejándose de las macro ONGs, del exceso de burocracia y delegaciones, de jerarquías y mandatarios. Su blog, se escribe como sigue: (yomecreoloquedicestu.blogspot.com)
 En uno de los renglones de ese blog, puede leerse: “Sería precioso poder pensar que cada nueva sonrisa de nuestros niños les borra un mal recuerdo o experiencia, que no permite que el pasado irrumpa en sus días en el momento más inesperado y les haga llorar”.
 Habla también de la nueva construcción de un centro en Salvación, la selva del Manu (Madre de Dios) que cuenta con un Albergue infantil y un Centro de Día para jóvenes y adolescentes en forma de centro formacional.
Están implicados hasta el fondo en algo que lejos de nuestra visión acomodaticia de ciudadanos del Primer Mundo (¿?) resulta difícil entender. En un continente donde los juguetes y ropa o calzado para niños son tan excesivos que se acumulan inútiles en habitaciones repletas; donde un simple resfriado infantil enciende las alarmas familiares, un bautizo o celebración similar supone un gasto que en Chaskawasy serviría para que sus niños tuviesen comida durante un mes, parece un relato de terror oír que se abandona a niños a orillas de un río porque su deficiencia le impedirá trabajar, y a su familia cuidarle. O que una niña como Tanira llevase 13 años encerrada en una habitación de madera en uno de los valles de la selva donde se recolectan  hojas de té, y su madre es una de ellos.
El Hogar de las Estrellas necesita ayuda financiera para los más de 13.000 euros que tienen de gastos mensuales entre logopedas, psicólogos, pedagogos, alimentos, luz, agua, ..etc. Algunos meses solo llegan como mucho a los 6000.
Parece una locura, pero es simplemente un acto de amor voluntario. Es, como expone Nieves en su blog, la imposibilidad de decir, ante un nuevo caso:”No puedo aceptarlo, devuélvanlo a la calle…”
Miremos a nuestros niños cercanos. Y pensemos por un instante que uno de ellos, tan felices hoy,  necesitara la ayuda urgente de El Hogar de las Estrellas.
Ana  María  Mata
Historiadora  y  novelista

8 de noviembre de 2011

ASUNTOS PENDIENTES

(Artículo publicado en el diario Marbella Express el 7 de noviembre de 2011)

Hoy empieza oficialmente la campaña electoral. Campaña, si me lo permiten un tanto absurda puesto que según  lo escrito por J.L. Cebrián en su periódico de ayer, no sabemos que promesas inútiles van a hacernos los partidos, grandes y pequeños, si la realidad pura y dura será lo que ordene el ForoG- 20 que ha de celebrarse en Cannnes. Que no nos engañen con programas inventados porque a esta altura de la película (de terror, por cierto), el que más y el que menos sabe que todo depende de lo que nos manden hacer con nuestra débil economía los mandatarios europeos.
Escepticismo, desde luego, por mucho estímulo que pongamos en el hecho de votar. Y mientras todo ese embrollo va siguiendo sus pautas conocidas con el consiguiente desgaste de políticos y dinero, las cosas reales, cotidianas y muy necesarias, quedan en el trastero de los proyectos, en el desván del olvido, que es el lugar donde munícipes y  gobernantes abandonan lo que no hace lucir su candidatura ni darles lustre.
Por fortuna, al menos la libertad de expresión permite lo que una sabe de antemano que no es más que un desahogo o la voz de muchos en mis pobres líneas, pero que sigue siendo voz que clama en el desierto.
¿Recuerdan aquella canción de Serrat que decía algo parecido a esto : “Son aquellas las pequeñas cosas…”? pues vayamos con ellas, porque no se si  son pequeñas, pero si importantes. Aquello, también tan conocido de “la casa si barrer”. Así estamos y como muestra valga unos cuantos botones del diario vivir de esta ciudad nuestra.
Estación de autobuses. Primer botón. Pasa el tiempo, caen las hojas, llega el calor, después el frío, luego las flores y de nuevo el calor…y la estación sigue ahí, tercermundista, sucia, descuidada y con mal servicio de autobuses. ¿Qué pasa con los que sean  sus concesionarios? ¿Tanto poder tienen que no pueden exigirles renovación o despedida? ¿Qué pasaría si desde esa Arabia Saudita tan visitada la viesen por un pequeño objetivo? Tal vez se pensarían lo de invertir en un lugar con servicios arcaicos.
Botón segundo : Estamos a la espera de que antes de morirnos, (cosa que según Manolo Alcántara es una fea costumbre humana), los que reclamamos un tanatorio como Dios y la supuesta categoría de Marbella manda, tengamos la ocasión de ver con ojos propios el tanatorio que casi toda las ciudades dignas posee, algunas mucho menos exclusivas que la nuestra, pero más eficaz en sus servicios.
Francisco Norte, aquél señor que dejó en herencia un lindo terreno a la ciudad para que en esencia tuviese fines deportivos, debe removerse en su tumba con cabreo justificado al ver como han tratado los diversos regidores su legado y el camino que lleva de continuar siendo motivo de disputas entre intereses y corruptos, mientras los espacios para el deporte escasean y andan en malas condiciones.
Una vez, hace no sé cuanto tiempo ya, se nos dijo, por parte de la Junta de Andalucía que el Albergue Africa, antiquísimo convento de Franciscanos mendigantes, propiedad durante años del Obispado de Badajoz, residencia de verano de juventudes de Falange, y albergue juvenil después, iba a ser el lugar apropiado para escuelas públicas de las que tan necesitado estamos. Se dijo, se volvió a decir, se repite cada vez que alguien saca a colación el tema. La Junta  mira hacia otro lado, y el municipio no sabe o no puede exigir esa promesa incumplida.
Si Francisco Norte se removiera en su tumba, no menos, sino más, debe hacerlo  Mateo Alvarez, el donador del Trapiche de su propiedad para la construcción de una Residencia de Ancianos. Primeras piedras que deben haber caído tan hondo ya que necesitarían segundas, terceras o cuartas para que creyésemos en la posibilidad de que el deseo del donante llegue a hacerse realidad alguna vez. Una residencia que paliase la desventura de ancianos solitarios, sin bienes económicos, cuyas pensiones, de tenerlas, no alcanzan los precios de las residencias de pago, asilos disfrazados de hoteles de lujo a los que solo pueden acceder los que siempre hemos llamado millonarios.
Me queda un botón aún, botoncito, si quieren, si lo colocamos junto a los anteriores, pero grande y molesto para el que lo sufra o lo haya sufrido. Son los “ladrillos bailarines”, las lozas que danzan en silencio en muchas, demasiadas calles de Marbella, pidiendo a voces solo un poco de cemento, una o dos manos bondadosas que los fijen al suelo en donde habitan, que vuelvan a ser terreno seguro para piernas a veces envejecidas, otras torpes, siempre ignorantes de su baile inadecuado, y tantas veces causa de tropiezos que acaban en roturas de ligamentos y de huesos. No me digan que esto también es imposible, que hay cosas más imprescindibles, que hay que viajar a Letonia y Kuwai, más futurible, más rentable al parecer, pero no sabemos cuando.
Arreglen algo de estos pequeños asuntos en lugar de subirse a palestra ninguna y decir las mismas promesas repetitivas de siempre. Quizás si vemos voluntad, hasta nos apetezca acercarnos a las urnas.

Ana  María  Mata
Historiadora  y  novelista