23 de julio de 2014

NOTICIAS DESDE EL DESASTRE



  En estos días se cumplen los noventa y tres años del Desastre de Annual, uno de los peores episodios de la historia de nuestro país, y donde se perdió casi una generación entera de jóvenes españoles en territorio rifeño durante la campaña de Marruecos de 1921.

  Ocurre que tal día como hoy, hace casi un siglo, había un hijo de Marbella llamado Antonio Ballesteros García haciendo el servicio militar en el Ejército español que estaba en Marruecos, como tantísimos otros jóvenes de Marbella y España entera, que mal dirigidos por el general Fernández Silvestre, buscaban derrotar al caudillo rifeño Abd el-Krim, que lideraba un movimiento rebelde que se había levantado contra la administración franco-española y que buscaba la independencia de su tierra frente al colonialismo europeo que ocupaba la región que, tras el tratado de Algeciras,  se habían repartido Francia y España con el beneplácito del resto de potencias europeas.

  Pues bien, estando nuestro marbellero protagonista encuadrado en el regimiento África Nº1, marchó camino a la zona de Annual, donde por los graves errores de mando y estrategia del general Fernández Silvestre, los rifeños infringieron a España una tremenda y espantosa derrota que acabó en una masacre que traumatizó al país entero desde el momento en el que empezaron a llegar noticias a todos los pueblos y ciudades de la piel de toro. El desastre se había gestado.

  A Marbella las noticias sobre el desastre llegaron por la tarde del mismo 21 de julio de ese año, cuando la gente se distraía de las calores del verano marbellero viendo una función de teatro en el local de cine de don José Otal, que estaba situado junto a La Alameda, frente a la pila de los peces (lo que hoy es el edificio Sacio) y llegó con una diligencia desde Málaga hasta la posta que había junto a la cafetería de La Jaula. En cuanto se corrió la noticia, el teatro se fue quedando vacio poco a poco hasta que los actores se quedaron solos y suspendieron la función. Estos se quedaron extrañados y preguntaron lo que estaba pasando para que se fuera todo el mundo.

  Y lo que pasaba era que todas las familias de Marbella tenían hijos y familiares haciendo el servicio militar en Marruecos luchando contra las cabilas de Abd el-Krim, por lo que el temor era más que lógico. Todos querían saber sobre la situación en el protectorado marroquí y tener más noticias sobre la suerte corrida por sus seres queridos frente a los rifeños. Muchas mujeres mayores fueron a la basílica de La Encarnación a rezar temiéndose lo peor.


Volviendo a Marruecos, exactamente a la posición de Dar-Driuss, donde estaba combatiendo en ese instante el Regimiento África Nº1, comandado por el general Navarro, y donde nuestro protagonista Antonio Ballesteros García, tras varias horas de lucha frente a los feroces y combativos rifeño y sufriendo fiebre por el paludismo, se quedó dormido de puro cansancio en su trinchera, el enemigo le pasó por encima dándolo por muerto cuando rebasó su posición, hasta que cayó prisionero de los rifeños el general Navarro y se tocó la señal de retirada general  con las cornetas.

Aunque por estar dormido por el agotamiento y solo en su pozo de tirador, Antonio podría no haber escuchado el toque de corneta,  dijo con posterioridad que fue como si alguien le despertara de golpe, y en ese momento echó a correr junto a los restos de su unidad, perdiendo su cantimplora mientras los de caballería del Regimiento Alcántara se inmolaban cubriendo la retirada de sus compañeros frente a las imparables oleadas de cabilas rifeñas que invadían todo el valle de Anual.

  Al no estar en condiciones de ir a pié por los efectos del paludismo que padecía en esos momentos, lo subieron a una ambulancia que iba camino de Melilla cuando se unió a los restos de su unidad, y que también llevaban malherido al hijo del general Navarro, con el que compartió espacio en la ambulancia. Contaba Antonio que al principio los automóviles sanitarios, que llevaban grandes cruces rojas sobre fondo blanco para indicar que no eran vehículos de combate, iban escoltados por algunas unidades de caballería, pero el miedo hizo que los conductores aceleraran sus ambulancias y dejaran atrás a los caballos, que no podían seguir ese ritmo, con lo que las ambulancias y camiones con los soldados evacuados quedaron expuestos a los disparos de los certeros francotiradores rifeños apostados por todo el camino hasta llegar a la ciudad de Melilla, que vivía en esos momentos una situación de pánico total.

  Hace unos pocos años, ya en la actualidad, mi abuela Ana Ballesteros García, que murió con 106 años hace cuatro, nos contaba a mi hermana y a mi cuando se daba la ocasión, que su madre, Teresa García Lara, relataba que en una mala noche de tormenta y lluvia del año 1914, más o menos, apareció en la puerta de la Huerta de Los Cristales un viajero aterido de frío y hambre al que sin conocer de nada le dieron cobijo en casa. A la mañana siguiente, mejorado el tiempo, el hombre, ya recuperado de las fatigas de su viaje,  partió tras desayunar llevando unas pocas provisiones entregadas por mis bisabuelos para el camino y agradeciendo el cobijo que le habían proporcionado su familia, dijo que no olvidaría la hospitalidad recibida y siguió con su viaje.

  Cuando mi abuela, siendo una jovencita en 1921, fue con su madre a Melilla buscando a Antonio, nada más bajar del barco conocido como “El Melillero”, una voz en el puerto gritó el nombre de su madre. ¡Teresa, Teresa, aquí! Se trataba de un hombre que vestía el uniforme de Jefe de la Policía Local de Melilla. Al principio mi bisabuela no lo reconoció hasta que el hombre se acercó y se identificó. Por una casualidad del destino resultaba que ese hombre era el que años antes mi familia le abrió las puertas de su casa para cogerlo en una mala noche y que se protegiera de la tormenta durante su viaje su viaje. ¡Curioso lo que a veces nos depara el destino!

  Tras preguntar el motivo por el que estaban en Melilla en unos momentos en el que todo el mundo lo que quería era salir de allí, ya que el enemigo rifeño estaba a las puertas, Mi bisabuela Teresa le contó que fueron buscando el paradero de su hijo Antonio. El jefe de la Policía de Melilla se puso inmediatamente a ayudarlas, pues se sentía este hombre en deuda con la familia de Marbella. Y fue una ayuda que vino muy bien, pues gracias a su cargo de Jefe  de la Policía de Melilla encontraron con pocas y rápidas gestiones a Antonio en un hospital, donde se estaba curando de sus fiebres del paludismo, que lo tenían en un estado muy grave. Tras sanar, el jefe de la Policía, tras alojar en su propia casa a mi bisabuela y a mi abuela hasta que Antonio sanó, ayudó a éste para que durante el resto de su periodo de servicio militar estuviera como ayudante en una oficina del Ejército de Tierra en Melilla, por lo que se pudo ahorrar los posteriores combates que vendrían tras la siguiente campaña, ya con el desembarco de Alhucemas, destinada a recuperar el control perdido del protectorado español en Marruecos y el Rif a manos de Abd el-Krim.

  Contaba mi abuela Ana, relacionado con esta historia, que mientras hacía la mili su hermano Antonio en territorio de Marruecos, mi bisabuela no paraba de llorar. Una mujer que pasaba por la Huerta de Los Cristales en la Semana Santa de ese mismo año de 1921 le preguntó los motivos de su desconsuelo. Mi bisabuela Teresa le respondió que lloraba porque tenía un hijo en la guerra y que no tenía noticias suyas. Esta mujer le dijo que rezara una oración especial que le enseñó en ese instante con mucho misterio y secretismo, y con la condición de que solo se podía transmitir en ese día concreto que era Viernes Santo. Cuando esa mujer se fue no la volvieron a ver nunca más, y lo curioso es que nadie la conocía en Marbella cuando mi bisabuela, meses después, dio su descripción buscándola para darle las gracias porque, según pensaba ella, esa oración había funcionado. Cosas de la superstición o la fe ante la desesperación, supongo.

  No voy a contar hoy lo que decía esa oración (y que mi familia aún recuerda y conserva como legado que aún se transmite oralmente), pero básicamente pedía que la Virgen María echara su manto a modo de capa protectora sobre el sujeto al que iba destinada la oración. Fuera como fuese, mi tío-abuelo Antonio, cuando su posición fue rebasada por los enemigos rifeños, estos no le vieron o lo dieron por muerto, por lo que se podría pensar que, efectivamente una capa protectora había hecho invisible a Antonio Ballesteros frente a sus enemigos, y que esto evitó su captura o su más que probable muerte en tierras rifeñas.

  Es muy posible que otras familias de Marbella tengan otras anécdotas que contar sobre el desastre de Anual y que sea parte de su propio recuerdo familiar que se transmite de generación en generación. Seguramente no todos los protagonistas corrieron la misma suerte, pues el desastre, como indica su nombre, supuso una dura prueba para muchas familias marbelleras y españolas que perdieron a algún ser querido en la Campaña de Marruecos de 1921, pues como antes indicamos, rara era la familia de esa época que no tenía a alguno de los suyos haciendo la mili en el protectorado norteafricano. 1921 fue un año que marcó profundamente la historia de España.

  No obstante, al cumplirse hoy el 93º aniversario del Desastre de Annual, merecía la pena recordar el hecho como efeméride y desde el punto de vista que vivió en esos tristes y duros momentos una familia de Marbella. Ojalá este país nuestro no vuelva a conocer nunca jamás una guerra como esa y que consigamos convivir en paz y armonía con los países y pueblos vecinos, con los que tenemos más cosas en común que nos unen que elementos que nos separen.

Juan Cristóbal Ortiz Parra
Marbella 21 de julio de 2014

19 de julio de 2014

TODO EN EL AIRE ES FÚTBOL


(Artículo publicado en el Tribuna Express el 17 de julio de 2014)
Debo pedir perdón al genial poeta malagueño Jorge Guillén por el atrevimiento de parafrasear su bellísimo verso cambiando el final. Cierto es que “todo en el aire es pájaro”, o lo era, hasta que de una de las ventanas surgió un grito ensordecedor e incuestionable. ¡¡Gol! y todo a partir de entonces fue fútbol y nada más que fútbol.
 Es lo que hay, para los que lo disfruten y para quienes lo sufran. Un balón y una serie de hombres tras ella en el campo, y millones fuera corporalmente pero con el corazón o la mente siguiendo el ajetreado movimiento de una pelota rodante, desconocedora del poder que su entrada bajo unas redes tendrá en muchas vidas.
El enigma del fútbol. El gran misterio de las emociones que suscita, por no hablar del dinero que hace correr o las tragedias que puede provocar. Quisiera saber como empezó todo. Que hados malignos introdujeron en las mentes –especialmente en las masculinas-la serotonina extrema que les hace sentir un placer tan intenso. Muy superior a otras cosas desde el punto de vista racional, mucho más loables, emotivas e incluso agradables. Cómo hemos llegado a sufrir tanto por la famosa Roja, derrotada en el triste cinco a uno con los holandeses. Qué nos impulsará a querer empujar desde la butaca a nuestro héroe como si con ello pudiéramos hacer que corriese más o fuese más astuto. Cual será la motivación última de quienes afirman no verlo por impedir el horrible sufrimiento de una derrota…cuestiones sin respuesta, de igual manera que solo una sonrisa de futuro gozo explica a quien es capaz de aguantar toda una noche sin dormir para conseguir la entrada deseada.
Hubo un tiempo en el que pensaba en solitario que algo fallaba en nuestro cerebro tan complejo, algo que en la evolución darwiniana había debido torcerse, y quedarse, al menos un trozo del mismo, en estado puramente animal. Todavía lo dudo, debo confesarlo, cuando los gritos superan lo admisible o los ojos de algunos se llenan de lágrimas. Cual es el camino -me pregunto- que recorre la adrenalina para poner a cien a un niño o joven, minutos antes fatigado, exhausto y solo capaz de caer derrotado en el sofá. Que mecanismo interno le hace recordar con precisión absoluta nombres de jugadores, presidentes de club, entrenadores y fechas de partidos, si en clase no llega al pretérito imperfecto o las preposiciones.
Misterio. Alguien debería inventar un concurso sobre ello. Tal vez dentro del maravilloso espectáculo de nuestras televisiones, con luces a gó-gó y un presentador lo suficientemente motivado, aparecería el concursante especial que necesitamos y al que gustosamente, servidora al menos, apoyaría incluso con su dádiva. Todo con tal de resolver el enigma que corroe mis entrañas desde mi tierna infancia, en la que una radio voluminosa enardecía al personal con la voz de Matías Pratt como secuelo. Desde entonces hasta el día de hoy el llamado balompié no ha hecho más que crecer en todos sus aspectos, especialmente el crematístico, sin que ello le haya restado valoración emocional.
Mientras llega el día de aclarar mi curiosidad, aprovecho estas líneas para recordar a un hombre especial en el fútbol que se ha ido y cuya marcha ha llenado páginas enteras de condolencias y anécdotas de un pasado al que siempre acabamos volviendo.
Les parecerá mentira pero quien escribe conoció a la Saeta Rubia en vivo y en directo, en aquellos veranos felices de su adolescencia (la mía) cuando la estrella por excelencia del Real Madrid y casi del fútbol mundial, pasaba sus vacaciones en Marbella y acudía en  un blanco seiscientos, con pantalón corto y alpargatas a la librería de mi padre a recoger sus periódicos diarios durante el mes de Julio. Nunca lo hizo su chófer, ni nadie en su nombre, cosa que hoy me resulta extraña, aunque es posible que la revolución callejera que suscitaba su presencia (junto a Santamaría e Isidro, el cuñado de Lola Flores, también jugador del  Real Madrid) no le desagradase, más bien al contrario, le divertía, puesto que mi recuerdo alberga el día en que mi padre hubo de esconderlo en lo que era nuestra cocina, y ofrecerle agua o gaseosa Calzado, para impedir que acabase aplastado por sus hinchas. Otro de los días, en el que rompieron una de las vitrinas donde mi progenitor exponía ordenadamente sus plumas estilográficas, no fue tan divertido, ya que por muy Dis’Téfano que fuese, Matita el librero también era mucho Matita, y las vitrinas le habían costado un pastón. Don Alfredo, se moría de la risa ante mi padre y el gentío. La Marbella de los años entre 50 y sesenta. Todo parecía y era posible.
Quizás de entonces me viene la idea de que solo el fútbol y nada más que él es capaz de movilizar a pueblos y naciones. No más parece, pibe, que el balón fuese la reencarnación misma del Ché Guevara, como si dijéramos.
Ana  María  Mata
Historiadora y novelista
       

13 de julio de 2014

LA COLETA

(Artículo publicado en el Tribuna Express el 3 de julio de 2014)
Sabemos que en la actualidad no eres nadie si los medios no deciden tu consagración y posterior subida o bajada a sus altares. Tienes que estar en televisión al menos dos o tres veces por semana, a ser posible en la sexta, y revestido del personaje que quieres mostrar como propio. Si Mc Luham dijo aquello de la imagen como prioritaria ante la palabra, Jean Paul Sartre se encargó de ampliarlo, con su célebre “Je est un autre”, advirtiendo de que todos querríamos ser uno y varios a la vez, especialmente ante los demás.
Cuando un país va bien, las urnas suelen ser generosas con los gobernantes, pero si va mal, los grandes partidos reciben una reprimenda que en ocasiones se presenta en forma de franco tirador –del signo que sea– que los clásicos reciben con susto, por lo que pueda suceder.
El país anda hecho unos zorros, especialmente en el apartado de la corrupción y en el número de las cifras del paro. Las clases medias acostumbran a ser votantes del centro izquierda o del centro derecha, pero en la situación actual la mayoría ha dejado de confiar en sus líderes. ¿Es extraño que una formación nueva saque tajada de tal hecho? Igual que en otros momentos, algunos pedantillos solemos repetir para nuestro interior: “lo esperaba, era de cajón”. Incluso puede que haya tardado mucho…
Medio país discute con el otro medio a causa de una coleta. Estamos consiguiendo lo que el poseedor de la misma seguramente desea: convertirla en metáfora, en síntoma, como igual pudo haberlo sido un pendiente en la oreja. Cualquier cosa con tal de presentarse distinto, naturalmente, para representar a una izquierda nueva y ser los salvadores de este desastre político.
Los gestos, cuentan, y si son exagerados o discordantes, más. No hay más que ver al hombre de la coleta sentar sus posaderas nada menos que en el Ritz sin alterar su aspecto de descamisado ni su rostro imperturbable. Como un santo al que sacan de su entorno natural y contra su voluntad le obligan a hacer lo que no quiere. Lo malo es que él  parece querer, ya que nadie -que yo sepa- le obligó a realizarlo allí.
Será cuestión de tiempo descubrir los auténticos rasgos de PODEMOS, es decir, de Pablo Iglesias. Aparece con rostro amable, aniñado y al mismo tiempo con cierta crispación por no haber resuelto ya el problema de su gente y haber consentido que la “casta” dominase el cotarro. Pero el liderazgo trae consigo ciertas contradicciones, como por ejemplo, obligarle a cambiar la radicalidad de su discurso en el momento y hora en que obtuviese algún tipo de poder. Las cosas no se ven igual cuando se está dentro que fuera, la imagen puede ser una secuela, un gancho, lástima que luego hace falta mucho más para hacer realidad lo prometido. 
Añado que su idea de democracia no es precisamente amable y conciliadora. En un blog, el de Santiago González, existe un video con el que el líder de la coleta ilustra en la televisión ¿iraní? su idea de democracia, que no es otra que la del Terror Francés y en el que hace un pequeño elogio de la guillotina. Si unimos eso a las “explicaciones políticas” que dice encontrar en los asesinatos de ETA junto a su enigmática relación con los bolivarianos, me aterra pensar en que tipo de izquierdas podría traernos el admirador de los “sans culottes” franceses extremos.
Es obvio que el hombre del que hablamos ha resultado ser un gran estratega a la hora de vender lo que suele llamarse su producto. Conocedor del poder mediático lo utiliza como medio esencial y exprime todos sus trucos con la habilidad de un prestidigitador. Tanto es así que ha conseguido poner nerviosos a sus contrarios, quienes, infantilmente caen a menudo en la trampa de desacreditarlo con argumentos peregrinos, sin caer en la cuenta de que con ello solo consiguen algún simpatizante más.  El lo sabe y provoca en cuanto puede. Que lo insulten es una bendición.
Bastaría con preguntar de donde y como obtendría financiación para sus hipotéticos proyectos, teniendo en cuenta su rechazo absoluto al capitalismo que demoniza.
Siempre me horrorizaron los salvadores de la patria, sean del lado que fueren. Los extremistas o iluminados aún más.  Por ello pienso que no estaría de más que los políticos viejos en democracia sacaran sus barbas a remojar y al hacerlo, sus líderes llevasen a cabo una limpieza general de la basura interna que han ido acumulando.
La claridad nos haría ver mejor la opacidad que tenemos enfrente.


Ana  María Mata
Historiadora y novelista

7 de julio de 2014

Onda Cero Marbella. La Tertulia de los Viernes

4 de julio de 2014


Como todos los viernes, 'Marbella en la onda' se ha convertido en la tertulia que analiza la actualidad más destacada de la semana. En esta ocasión, los contertulios han sido José Manuel Bermudo, Dan Ortuño, Viruca Yebra y Arturo Reque.

Paseo marítimo vs bicicletas. Islas ecológicas...

(A partir del min 46:15)

http://www.ondacero.es/audios-online/emisoras/marbella/marbella-onda-viernes-julio-2014_2014070600028.html