8 de marzo de 2016

MUJERES ESTRAPERLISTAS



                          Día Internacional de la Mujer. 8 de marzo

 Quizás pueda parecer algo raro que para celebrar el Día Internacional de la Mujer, escriba sobre este tema en concreto con tantas profesiones bellísimas, elegantes y bien vistas que por fortuna hemos ido acaparando en la ya larga etapa de lucha femenina.
Lo hago precisamente por eso, por el desconocimiento general que sobre esa etapa tan peculiar se tiene sobre un trabajo que miles de mujeres ejercieron, sin duda la mayoría obligadas, en momentos igualmente especiales de la vida española, prolongado después en el tiempo cuando las necesidades no eran tan elevadas pero todavía necesitadas de este duro quehacer.
 Tomo los detalles esenciales del excelente trabajo universitario realizado por las profesoras Prieto Borrego y Barranquero Texeira., publicado bajo el título “Así sobrevivimos al hambre: Estrategias de supervivencia de las mujeres en la postguerra española”. Ambas son expertas en investigaciones sobre el trabajo de la mujer.
Cuando el 1 de abril de 1939, Franco lanzó en Burgos el célebre bando de la Victoria a bombo y platillo, quiso decir en realidad que la guerra había terminado más para unos que para otros, puesto que comenzó de manera distinta para los que fueron llamados “vencidos”, quienes, además de intentar salvar la vida, tuvieron que vérsela con el fantasma del hambre y la falta de trabajo.
A muchas mujeres la viudedad o la cárcel del marido las convirtió en cabeza de familia. Las obligó a combinar sus funciones tradicionales con un recurso último, unos roles en los límites de la ley, para los que hacían falta determinadas condiciones síquicas y físicas, que ellas, a priori, no poseían. Acostumbradas a la maternidad, el campo, y las afortunadas a salones y entretenimientos, se encontraron de golpe con una desafiante tarea que acabó llamándose “Estraperlo”.
La mayor parte de mujeres que se dedicaron a él, pertenecían a los sectores populares más afectados por la guerra, obligadas a asumir en solitario la supervivencia familiar, y en otros, a compartirla por la precariedad de condiciones de la vida.
El estraperlo llegó a aceptarse como parte de la cotidianidad, justificado en principio por la necesidad extrema. En el testimonio de Encarnación Padilla, de Rute (Córdoba) se lee textualmente: “(…) Mi tía iba al pueblo por sacarina. Las estraperlistas eran mujeres corrientes que hacían eso como un trabajo. Unas traían cosas del campo, legumbres, verduras,  y llevaban allí lo que no había. La mayoría venían en tren y antes de llegar a la estación  echaban las cosas por las ventanillas  y alguien de la familia o conocidos iba a recogerlas. Un hombre venía con sacos de harina y como fue a echar un saco se le fue el cuerpo y otro tren que venía lo mató (…)”
El medio rural se convirtió en abastecedor de las ciudades. Desde los pueblos del Valle del Guadalhorce, los Montes de Málaga y la zona oriental, las mujeres campesinas llevaban a cabo largos desplazamientos caminando o en tren. Los de la Fiscalía llegaban a los apeaderos o las estaciones y le quitaban las cosas, tocino, manteca, legumbres…
Los huevos eran uno de los productos más demandados, considerados fuera del campo como artículos de lujo. Las mujeres que los vendían fueron apodadas “recoveras”, muy conocidas y solicitadas en el mercado negro
La inexistencia o escasez de artículos de consumo básicos, entre ellos el azúcar y el café estimuló una demanda de productos alternativos que como la sacarina y el “pan inglés” procedían de la colonia británica de Gibraltar. El campo de Gibraltar se convirtió en el principal suministrador de una serie de artículos, como la gasolina o más vitales, como la penicilina. Los artículos para la higiene personal, el jabón la colonia…etc, hicieron que se diversificara la demanda impulsando entonces a los más audaces, haciendo del estraperlo con Gibraltar una de las actividades más importantes durante los años cuarenta, si bien, una vez aprendido el “oficio” esa actividad  perduró en los cincuenta y fue difícil de erradicar  en el sur de la península.
El contrabando con productos como el cemento o gasolina quedó reservado a los hombres, mientras que las mujeres traficaron con objetos de pequeño volumen, sobre todo tabaco, galletas o leche en polvo. A lo largo de los cincuenta el jabón perfumado, los tejidos de tergal o las medias de nylon eran preciados objetos de lujo femenino. Las mujeres que lo trabajaban lo compraban a los propios trabajadores de Gibraltar, que eran quienes lo sacaban y lo pasaban a las mujeres en La Línea. A ellas se las conocía como “matuteras”. El estraperlo tuvo larga vida y ayudó no solo a sobrevivir sino más tarde a enriquecerse a familias que optaron por él, a pesar de los riesgos. Acabó con la llegada del turismo masivo en la costa.
Si miramos hacia tras quienes no somos jóvenes, todos tenemos el recuerdo de cosas como el llamado “fielato”, en la entrada de los pueblos a lo largo de los años cuarenta, y más tarde, pasada la primera hambruna, imágenes de mujeres en cuyos domicilios era habitual la compra de objetos que todavía nuestros débiles comercios no nos ofrecían.
Sirva este artículo como testimonio de la capacidad de adaptación de la mujer a los más extraños menesteres si en verdad está necesitada de ello. El etiquetado de “ama de casa” como único trabajo propio no es más que una forma burda de pretender arrinconarla.
Por fortuna parece superado, si excluimos, por supuesto los terribles crímenes de género, a cuyas víctimas de corazón les dedico estas pequeñas líneas.
Ana  María  Mata   
Historiadora y novelista

2 comentarios:

Bicicleta dijo...

PABLO CANTÓ 8 MAR 2016 - 11:52 CET
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora comenzó celebrándose en 1911 en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. En 1977, la ONU proclamó que el 8 de marzo fuera considerado el Día Internacional de la Mujer, quitándole lo de trabajadora. Han pasado 105 años desde el primero y 39 años desde el segundo

Bicicleta dijo...

PABLO CANTÓ 8 MAR 2016 - 11:52 CET
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora comenzó celebrándose en 1911 en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. En 1977, la ONU proclamó que el 8 de marzo fuera considerado el Día Internacional de la Mujer, quitándole lo de trabajadora. Han pasado 105 años desde el primero y 39 años desde el segundo