1 de noviembre de 2012

LOS LAGUNO Y EL HOTEL MIRAMAR



(Artículo publicado en el diario SUR el 1  de noviembre de 2012)
 
Cuantas veces el azar influye de forma determinante en el triunfo o fracaso de muchos de los planes humanos. En el caso que hoy escribo jamás podría pensar la familia Laguno cual habría de ser el futuro de algo que ellos comenzaron en Marbella y la terrible contienda civil truncó de raíz. El matrimonio Laguno Zuzuárregui llegó a la ciudad en el año 1933 buscando un clima favorable para la delicada salud de uno de sus hijos y al mismo tiempo intentando restaurar el patrimonio de Don José, en Cuba, víctima de la recesión económica de 1929. Un familiar les orienta y deciden comprar la Huerta de san Ramón, lindante al sur con la playa y al oeste con el Arroyo de la Represa. La vieja casona de la huerta les servirá de vivienda y construyen un amplio edificio en el que Don José Laguno, tras otear el ambiente de los que iban y venían, y darse cuenta de que al Hotel Comercial llegan fundamentalmente viajantes de comercio y funcionarios destinados, atraídos por el ambiente familiar y el módico precio (cinco pesetas diarias) piensa, en un  gran alarde visionario, que el incipiente turismo extranjero tal vez necesite un poco más de confort y modernidad, dado que el clima y la belleza del pueblo estaban asegurados y todo podía consistir en un gota a gota y algo de paciencia.  
Así nacerá el Hotel Miramar, primer establecimiento en el centro de Marbella abierto y orientado mayoritariamente a una clientela extranjera. Redactan su propaganda en inglés y francés, junto al castellano, con frases como “edifice moderne sur la route Gibraltar- Málaga” , “bain chaud et froid” o “breakfast and tea”. El precio era alto, de acuerdo con la categoría que querían darle al hotel : quince pesetas diarias.
Lo más destacable de la familia Laguno y su nuevo hotel reside en que son los primeros que en 1933, designan en sus folletos propagandísticos al litoral malagueño como “Costa del Sol”, magnífica idea que de haberla patentado les hubiese reportado mucho más de lo que el hotel llegó a suponerles económicamente. Pioneros de un turismo del exterior, si no elitista, sí al menos coincidente al cien por cien con lo que después y de muy distintas maneras llegaríamos a ser desde el punto de vista abierto y cosmopolita.
El 15 de octubre de  1933 los Laguno inauguran oficialmente el hotel, bendiciéndolo el párroco, Don José Vera Medialdea y con la presencia de numerosos invitados, entre ellos el presidente de la Comisión Gestora municipal, Don Alfonso Martín Nieto. El diario malagueño “El Cronista” relata como gran acontecimiento social y turístico dicha inauguración en sus páginas del día siguiente. Comentaba el redactor que “el hotel está coronado por amplísima terraza cuyas vistas abarcan desde Gibraltar al Faro de Calaburra y desde la costa de Africa a la Sierra Blanca, y tiene todos los servicios (agua corriente en habitaciones, teléfono, radio…etc) que contribuyen a hacer la estancia higiénica y muy amena”.
Lástima que cuando el hotel comenzaba a acreditarse estallara la Guerra Civil, lo que supuso un difícil momento para un hotel que se nutría especialmente de extranjeros. Don José lo vendió  en 1940 y se marchó a Málaga. En los años sesenta los nuevos dueños de hotel, la familia Romero Ugaldezubiar lo puso de nuevo en explotación ampliándolo con el nombre de “Miramar- Playa”.
La memoria posee una extraña capacidad de selección que hace a veces olvidar aquello que en justicia debería ser recordado. La familia Laguno, merece ser considerada como la primera en intentar que el turismo extranjero tuviese un acicate más para conocer la que ellos denominaron tan felizmente como Costa del Sol.  El tan debatido papel de pionero corresponde en ese sentido a Don José Laguno, el hombre que sin poseer títulos ni amistades de alto nivel, como Ricardo Soriano, intuyó que Marbella era un lugar privilegiado para todo tipo de clases sociales. El azar le jugó una mala pasada con la que no habían contado. Con un poco de paciencia, y aguante quizás serían más recordados y hubiesen logrado un buen patrimonio con su hazaña.

Ana  María  Mata
Historiadora y novelista

4 comentarios:

garbine dijo...

Como me gustan tus escritos.Una vez te llame "la memoria de Marbella" y desde luego lo eres.Fuente de informacion entranable.Perdonad las faltas, pues escribo desde Nueva York con un teclado renido con el Espanol.

Fernando de Laguno Oviedo dijo...

Señora Mata, buenos días.
Ante todo felicitarla tanto por su blog como por el artículo sobre los Laguno y el hotel Miramar de Marbella. Gracias.
Sin quitarle ningún mérito a los que con su trabajo y riesgo hicieron la mundialmente conocida ciudad de Marbella, es justo reconocerles a los de Laguno Zuzuarregui su importante grano de arena en dicho trabajo, el cual, hasta hoy, no ha sido reconocido, tan solo y que recuerde ahora un artículo que apareció en el periódico SUR de fecha 9 de Septiembre de 1978, página 19. No recuerdo ahora si hay alguna noticia más.
También se habla del hotel en el libro "Marbella. Segunda República y Guerra Civil (Crónica de una época difícil)", de Fernando Alcala Marín, 1988. Imprenta Graficsol, S. A. - Marbella (Málaga)
Se dice en su excelente artículo que la familia de Laguno Zuzuarregui había perdido su patrimonio cubano como consecuencia del "crack" del 29 y en realidad llegaron a tiempo de realizar sus propiedades justo antes de dicho "crack", invirtiendo su dinero en una empresa española llamada "Azucarera Hispania", constituida en julio de 1930 y fruto del acuerdo de poderosas azucareras nacionales, donde las acciones valían alrededor de quinientos duros. La finca sirvió para cultivar caña y luego venderla a través de dicha compañía. A la vez dejaron un pequeño lugar para huerto. La pena fue que poco después de proclamarse la República el Gobierno hizo una reforma del sector, de tal manera que perjudicó a los productores nacionales, pues importó caña y azúcar del exterior, cayendo el valor de las acciones de forma estrepitosa, dejando a los accionistas en mala situación, siendo este el momento en el que se lo jugaron el todo por el todo y pusieron en marcha con el hotel.
Escogieron la finca de San Ramón debido a las indicaciones del hermano de Agustina, José de Zuzuarregui Sotto, que fue concejal en el Ayuntamiento marbellí entre 1931 y 1935.
José de Laguno Cañas era Economista y hablaba inglés y francés y estaba muy bien relacionado con la llamada "buena sociedad" de Madrid, pues su mujer, Agustina de Zuzuarregui Sotto era sobrina del conde de Clonard, militar de alto rango, al igual que su padre, que fue Coronel de Caballería.
De los once hijos que tuvo el matrimonio, aun viven ocho, de los cuales la mayor se llama Isabel y tiene 95 años. Vive junto con su hermana Josefina, de 92 años, de una gran lucidez y dinamismo y que conserva los recuerdos de aquella época.
El resto de los hermanos son María, Mercedes, Jose Antonio, Maria Teresa, Margarita y Marta.
Gracias una vez más por su trabajo y a ver si fuera posible que el Ayuntamiento de Marbella reconociera la labor que ese matrimonio realizó en el sector del turismo, aunque solo fuera como pioneros, pero no estaría de más alguna mención en recuerdo de su memoria.
Reciba un cordial saludo,
Fernando de Laguno Oviedo

Reque+Gallego Arquitectos dijo...

Gracias D. Fernando por su puntualización al artículo de Ana María. Estamos absolutamente de acuerdo en que nuestros dirigentes deberían conocer y reconocer la realidad de este pueblo y a quienes fueron partícipes de abrir las puertas de la modernidad a un municipio referente mundial del turismo.
Muchas gracias una vez más. Le invitamos a seguir nuestra Tertulia en Marbella.

Arturo Reque

Fernando de Laguno Oviedo dijo...

Sra. Mata, buenos días.
En su excelente artículo dice que en el periódico El Cronista de 16 de Octubre de 1933 se hablaba de la inauguración del hotel.
¿Está ese periódico en el Archivo de Marbella?
En el de Málaga no lo está y estoy interesado en poder leerlo. Si no tuviera usted inconveniente, ¿me podría informar como acceder a ese periódico?
Gracias y un saludo.