20 de octubre de 2015

RENOVARSE O MORIR



No existe algo peor en la vida que el anquilosamiento. Hasta el vocablo resulta desagradable, como si anunciara ya su contenido. Anquilosado es sinónimo de atrofia, parálisis o inmovilización. Y para ello, el poeta Rilke tuvo una dura frase: “Lo que en lo inmóvil permanece se encuentra ya petrificado”. La vida es movimiento, renovación y cambios. Desde Heráclito hasta hoy, nunca podemos mirarnos en el mismo río.
 Quizás es la política el ámbito en el que más peligrosa sea la petrificación. La inmovilidad de contenidos, programas e incluso ideas para quienes se disponen a gobernar suele tener un coste demasiado alto para el ciudadano votante que, si es inteligente, lo demostrará claramente en las urnas. Del mismo modo los líderes que encabezan listas y partidos no deben perpetuarse en sus puestos, por dos simples razones: No existen líderes o jefes perfectos y debido a ello, la eternidad solo es patrimonio de la divinidad.
Debo decir con sinceridad que la presencia de dos jóvenes líderes políticos en un cara a cara extraño por su desarrollo, me causó un efecto tan agradable como inesperado. Desde la Transición hasta hoy, con escasas excepciones, nos habíamos acostumbrado a los enfrentamientos insultantes hasta límites que rayaban a veces con la grosería y la ordinariez. Importaban más el ataque y daño al contrario que el contenido diferencial de sus programas. Es más, casi nunca nos enterábamos de los proyectos, diluidos como resultaban en una maraña de agravios y hasta de palabras soeces.

 Ser testigo de que dos aspirantes a gobernar, con planteamientos distintos y hasta opuestos, sean capaces de expresar sus maneras de concebir dicho gobierno en tono tranquilo, diríase que hasta amistoso, de disentir con amabilidad y elegante lenguaje, es en sí mismo ya un logro de una nueva generación de políticos a los que su gran formación intelectual les avala para el poder pretendido.
En contra de algunas aseveraciones oídas como las de “solo nosotros podemos ofrecer un gobierno serio y estable” o algunas otras en tono similar, los nuevos aspirantes no basan en experiencias del pasado ni en exclusividades su deseo de renovación de un país castigado hasta el tuétano por una corrupción tan extrema que, a veces me pregunto como los mismos jefes de los corruptos son capaces de pedir otra vez la confianza del votante. Jefes y otros cargos que no han sabido –o podido– explicar robos sangrantes y elevadísimos de quienes estuvieron en sus filas y pululan hoy por juzgados o cárceles con una nueva estafa cada día, sociedades, entramados y posesiones inestimables.
Partidos putrefactos que siguen peleando por un quítame allá ese poco de mando, quien es más de todo y yo podía hacerlo, o lo hice mejor.
Cansancio de las mismas caras repitiendo discursos que ya resultan anacrónicos y aburren hasta a las ovejas. Con una retórica gastada, engañosa y de la que pocos nos fiamos visto los anteriores resultados. Es absurdo elegir más de lo mismo. Habrá que darle opción a nuevas técnicas y maneras distintas de encarar los ya añejos y “anquilosados” problemas.
El asunto esencial, el “quid,  está en el miedo. Una generación a la que pertenezco piensa que lo nuevo es inexperiencia y riesgo, teme lo que no conoce, sin darse cuenta quizás de que llevamos demasiado tiempo apostando a las mismas cartas en una baraja que se cae a pedazos.
La renovación es necesaria y ha de llegar de personas que aún no conocen el verbo “esquilmar” y a los que hay que dar oportunidades para que demuestren su rechazo hacia él.
En nuestro país hay demasiadas cosas que funcionan mal, desde la Justicia hasta la Educación, esta última básica entre las básicas, aunque creo que no nos damos cuenta. La honradez se adquiere y aprende en la familia y la escuela. “Dadme un niño virgen y os devolveré un ciudadano honrado y libre” decía Giner de los Ríos.
 En los dos jóvenes políticos que presentaron parte de sus programas sin llegar al insulto aunque disintiendo, a veces, he visto ganas de enderezar el país al que pertenecen y que lleva excesivo tiempo bastante a la deriva. Con mandatarios que fueron amigos o muy, muy conocidos de los Bárcenas, Rato, creadores de los ERE, la trama Gurtel y del ahora Jerome. Cuando las causas de imputación abultan más en un Estado que los presupuestos para gobernar con eficacia hay que plantearse muy despacio quiénes van a dirigir ese estado.
Los discursos ampulosos y fotografías publicitarias son pompas de jabón.
El bipartidismo me parece que está, de verdad, herido de muerte.
Ana  María  Mata
Historiadora y novelista
             

12 de octubre de 2015

YA TENEMOS EL BELEN



Para que luego digan que los españoles no somos previsores…pues vean, ya tenemos el Belén. Armado y bien armado. No importa que la nieve blanca ande un poco remisa en subirse a las montañas hispanas. Que el frío y la lluvia estén escondidos y el musgo escasee. Incluso que algunos continúen –pesados mojando sus cuerpos en el mar. Lo cierto es que nosotros, adelantados, tenemos ya nuestro Belén particular. Y bien montado, además. Si no me creen, abran un periódico cualquiera, oigan la radio o intenten seguir el “armonioso” ritmo de una tertulia política en televisión. Con solo una ojeada observarán que no les faltan pastores, reyes, ovejas, rebaños y mercaderes. Sobre todo estos últimos, que le dan más color. No falta de nada. Quizás sobre, pero eso es lo típico de un Belén que se precie. Yo me entiendo.
Dicen que fue Horacio el que acuñó aquello de “une a tu prudencia un gramo de locura”. Bien dijo el filósofo romano, porque el hombre perfecto es verdad que, de existir, sería un aburrido. Oigan, pero un gramo, no toneladas enteras, como parece que hubieran repartido gratis en el gremio político en los últimos días. Algo así como si a todos los que ansían mandar les hubiera entrado de golpe un arrebato de ansiedad en espera de los días decisivos o una especie de pandemia acusatoria. Vean si no.
 Estaba tan tranquilo Rajoy con su economía conseguidísima y su carismático seseo en los medios, cuando aparece Aznar, sin bigote, pero hecho un basilisco y sacando los trapos sucios del partido, regañando como león enjaulado ante lo que considera un fracaso total en las elecciones catalanas. Le echa un pulso al presidente y mete un dedo en la llaga del PP que le deja bastante tocado.
Dice el ex-del bigote que de seguir así Ciudadanos puede ser un sustituto y que sabe a ciencia cierta que muchos fieles tienen pensado cambiar su voto. Los dos quedan al borde de la fractura total. Y gracias a que Aznar olvidó el papel tan representativo que un señor llamado Rato, al que estuvo a punto de nombrar sucesor, tiene en este asunto. Mejor no “meneallo”, pensaría.
Con la mandíbula dolorida de tanta sonrisa falsa, va la señora Diaz, rubia, altiva y andaluza en ese orden,  y se descuelga con la sesgada afirmación de que no piensa hacerle mimos al guapo de Sánchez, ni prestarle la imagen de su tierra, porque ella también aspira al poder total, llámese Moncloa. Las cosas claras, debió pensar. Y que gane el más bello. Segunda ruptura.
A Garzón el también joven y guaperas le corteja Podemos, pero lo quiere a él solo, sin acompañamiento de Izquierda Unida. Amor imposible, el joven es fiel a los suyos. No hay acuerdo.
Acabado el follón catalán, y en el momento en el que el independentista más insistente, (rollazo de señor con mandíbula gigante), necesitaba el descanso que llaman del guerrero, van las urnas y conceden al grupo de los CUP la última palabra. Anuncia el llamado Baños que de otorgar a Más la presidencia, nada de nada. Que ellos son anticapitalistas, y soberanistas, desde luego, pero a su manera. Con la sombra de Pujol no quieren trato. Así que cada uno por su lado y Cataluña de mano en mano. Como las falsas monedas.
Para no ser menos, aquí en nuestra ciudad, también pelean. Izquierda Unida y los dos de Podemos lanzan reproches y esgrimen versiones contradictorias contra el partido socialista en el Ayuntamiento. Afirma Podemos que no cumplen los pactos en especial el que firmaron para crear una comisión que auxiliara a vecinos en riesgos de exclusión.
De seguir así, tendrán que dejar de darles apoyo. Amigos que se enfadan. No te quiero, no me tratas bien. No es eso lo que habíamos convenido. Tercera posible ruptura.
Y en esas estamos. Combate general anticipado a las elecciones que se prometen muy divertidas. Para ellos. Porque el resto de personal está tan harto de oírlos que me ha confesado un pajarito el aumento de ventas de CD con música de Mozart para ponerlo en el momento en que uno de los citados aparezca. Y  de la Pantoja, de Pineda o de Shakira, cualquiera vale.                     
 Si creen que falta algo en el Belén, pienso de golpe en ese Prelado del Vaticano que con su clérigman incluído exhibe en los medios a su novio catalán, cansado de fingir y del armario. El Vaticano está que trina, lo expulsa y nosotros lo ponemos como extra junto al pesebre, y así  ya tenemos el completo.
Pobre Horacio y su gramo de locura. Tenía que vivir ahora. Y a lo mejor, vista las cosas, hasta cogía una zambomba y cantaba divertido: “En el portal de Belén hay estrellas sol y luna…” Cosas veredes.”
Ana María Mata
Historiadora y novelista