(Artículo publicado en el diario Marbella Express el 28 de octubre de 2011)
Con las primeras lluvias torrenciales del otoño nos llegan impactantes noticias de ámbito nacional e internacional: ETA ya es historia y Gadafi ha pasado a mejor vida. Pero también tenemos de las que nos afectan más directamente a nuestros intereses locales. En concreto me refiero a la confirmación, esta vez por parte de la Unión Europea, de que el Corredor del Mediterráneo no pasará por la Costa del Sol, es decir, que nuestra parte del Mediterráneo ni lo rozará. Una vez más, el ansiado tren litoral tendrá que esperar a que la Junta de Andalucía encuentre tiempos mejores para intentar realizar su trayecto por la costa, porque con fondos europeos no lo vamos a ver. Igual dentro de unas décadas podemos tener los dos corredores paralelos, uno por la costa y otro por Antequera. En España somos así, a falta de uno, mejor dos. Porque lo de ponernos de acuerdo para tirar todos del mismo carro como que no, y menos ahora que estamos otra vez de elecciones.
Claro que, habrá que conectar eficazmente los nuevos grandes puertos de nuestra provincia -otras vez dos, que ahora las cosas se anuncian a pares- con el resto del país. Marbella ya tiene concesionario para el suyo, precioso diseño –no voy a decir original, porque parece una réplica en miniatura de los de Dubai- pero para los que tenemos por aquí si es novedoso. El video impresiona, con su helipuerto y los ferraris, maserati y demás coches de lujo circulando por la avenida que le da acceso. En fin, en unos añitos todo olvidado y volvemos a ser lo que fuimos.
En Benalmádena también están de enhorabuena, también tendrán su ampliación, aunque lo suyo solo haya sido un desbloqueo de los trámites iniciales, léase declaración de impacto ambiental, que llevaba caducado más de cuatro años. Pero los políticos ya quieren correr, que las grandes constructoras del país están excitadas ante la noticia –llevan demasiadas obras fuera de España y una nacional no estaría nada mal-. El diseño está por ver, pero no creo que incida en lo circular, salvo que sea una moda. La moda portuaria.
En fin, que estamos todos los españolitos de a pié con penurias, recortes y ajustes económicos, y la Administración se lía a sacar puertos a concurso. ¿Por qué ven precisamente ahora viables las ampliaciones de los puertos si no son capaces de sacar adelante el tan demandado, estudiado y justificado tren litoral, Málaga-Algeciras? ¿Si no pueden ni terminar el soterramiento de San Pedro? ¿Por qué se empeñan en desarrollar estos enormes “equipamientos” antes que las infraestructuras necesarias para atender y acoger al público que esperamos atraigan. ¿Con qué servicios básicos contaremos para atender, no solo a los que estemos por aquí sino a la “avalancha” de visitantes temporales? ¿Qué oferta de ocio tendremos –nuevo teatro y auditórium, instalaciones deportivas acordes con el nivel de la ciudad, aprovechamiento de las magníficas condiciones naturales de nuestro entorno: mar, montaña y pantano- o seguiremos vendiendo únicamente golf y playa? Y evidentemente, no puedo dejar de preguntarme por el modelo de movilidad que tendremos. ¿Seguiremos cediendo el espacio urbano para los coches -si son de lujo mejor aún- renegando de nuestro centro urbano, y casco antiguo, frente a los grandes centros comerciales?
¿Alguien ha explicado el modelo de territorio que se pretende? Todos sabemos los grandes desequilibrios que se han producido en el reparto territorial de las infraestructuras a lo largo de los años, en muchas ocasiones por algo tan denigrante como la puras matemáticas electoralistas: desde aeropuertos sin tráfico de aviones y trenes sin demanda de pasajeros, hasta pabellones deportivos y campos de futbol de césped donde la capacidad de la instalación es superior al número de habitantes del municipio. Por aquí tenemos el ejemplo de la autopista, la cual iba a ser la gran solución de las comunicaciones y se encuentra infrautilizada. Infraestructuras para el hoy, sin previsiones de las tendencias o necesidades reales de la sociedad. Ahora son los puertos y los trenes, pero ¿queremos un Mediterráneo lleno de cruceros? ¿Son estos la solución de futuro para la Costa del Sol? Y por cierto, ¿qué dicen los estudios ambientales del aumento previsible del tráfico marítimo en los próximos años? ¿Es esto sostenible?
Me da la sensación de que volvemos a empezar la casa por el tejado. Las ganas de salir de la actual situación nos hacen correr el riesgo de volver a cometer los errores irreparables del pasado. Y mira que los tenemos cerca y a pares.
Arturo Reque Mata
Arquitecto