Sabemos que la amplia geografía
de nuestra piel de toro es de las más variadas de Europa y su litoral rico en
contrastes y rincones diferenciados. De Norte a Sur y de Este a Oeste, España
desarrolla una urdimbre de tierras y paisajes tan diferentes entre sí como la
población que la habita.
Me gustaría analizar hoy las
existentes entre dos núcleos que las circunstancias vitales me han llevado a
conocer bien.
Playa de Amio. Pechón |
El paisaje divisado desde su
punto más alto es de una belleza espectacular que deja al visitante con un gesto de asombro,
cuya desaparición solo llegará a fuerza de repetidas visitas.
Todo sería perfecto en estas
vacaciones norteñas, si no fuera ¡ay! por la presión a que el tiempo nos
somete. El climatológico, me refiero. Los dioses debieron pensar que lo ab
soluto solo a ellos pertenece y consintieron en donarle una variadísima ración
de nubes, tormentas, lluvia fina y gruesa…en general de días otoñales en pleno
mes de julio.
Nada es perfecto, dicen ellos,
en su encomiable aceptación al cubrirse
con chubasqueros y paraguas, mientras contemplan como el cielo sigue gris
oscuro sin ánimo de ayudar al veraneante.
Me admira el carácter del
paisano norteño, renqueante ante las tormentas, pero sin resignarse a que un
chirimiri pegadizo les estropee su día de juegos en la playa, adonde se dirigen
con presteza aunque lo hagan con un paraguas en la mano.
Pechón es la balanza de mis
divagaciones paisajísticas. Mientras en mi lugar de origen sudaban la gota
gorda y corrían como almas que lleva el diablo a playas y piscinas, en mi
rincón de aislamiento, la gente comenta con naturalidad el bello “orballo” que
riega sin cesar sus prados, suspiran mirando el cielo, pero sin perder la
sonrisa, resignados a perder momentos playeros a sabiendas de que ello servirá
para que el verde lo sea más intenso aún con cada gota que caiga.
Cuando alabamos los de
fuera sus frondosos bosques de árboles y
helechos, la sensación selvática algunas veces sentida entre ellos, siempre hay
alguien que con voz pausada paro firme exclama : Para que existan hay que pagar
una cuota a veces dura, y esto es el aguacero intermitente.
Paya de las Arenas. Pechón (Foto: Pablo Sánchez Reque) |
Tienen razón. Su paisaje es tan
diferente del sureño, tan excepcional para alguien de la meseta, de los páramos
interiores, que lo menos que nos piden es comprensión para entender como puede
llegar a formarse una frondosidad tan inhabitual por nuestras tierras.
España múltiple y rica en
excesos de todo tipo. También la forma de ser de los nacidos en una u otra
región lo proclama. Frente a nuestra exuberancia verbal, la algarabía que nos
arrastra a veces, ellos representan el contraste modular en sus voces, la
sonrisa frente a la carcajada.
Extraordinario país donde se
puede pasar en un mismo tiempo del verano de fuego a un invierno suave, lleno
de esperanzas. Alegría de paisajes contrastados.
Ana María Mata
(Historiadora y Novelista)
1 comentario:
Estimada Ana María:
Como español norteño de raíces íberas y estirpe vascongada, tu artículo me ha recordado mis veraneos por tierras cercanas a las mencionadas cuando el buen vestir,la buena educación y los modales eran un signo de identidad vasca.Ahora desde Marbella y Andalucía, el cielo de azul intenso frente al grisáceo norteño significa dos actitudes diferentes:la exterioridad sureña en sus múltiples facetas frente a la interioridad del norte de España.Son complementos de un mismo linaje histórico desde la España Íbera a través de la nomenclatura de pueblos como Capileira en la Alpujarra granadina que procede del término vasco txapela(boina vasca) que da lugar a capela,esto es los hombres de la boina.Las raíces históricas,por tanto,son màs ancestrales que las supuestas diferencias climatológicas.En la variedad está el gusto y el entronque común de nuestra España desconocida.Un abrazo.Iñaki Arruabarrena.Marbella
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