19 de enero de 2012

EL FIN DE LA HISTORIA


Podría resultar curioso un artículo sobre lo leído en los últimos días acerca de una profecía de los Mayas, según la cual, al finalizar este año, 2012, finalizaría igualmente el mundo en que vivimos, es decir la tierra dejaría de existir exactamente el 21 del 12 de 2012.  Tanto Nostradamus como la civilización Maya acuden a determinados juegos astrales y combinaciones esotéricas para asustarnos con esa noticia de finitud total. Parece, sin embargo, que en la predicción Maya, la profecía anuncia no el desastre terráqueo, sino que sus signos hablan de un cambio radical en la manera y forma en que vivimos. Por fortuna, eso, no muy errado según van las cosas ocurriendo, es harina de otro costal.
En realidad quería escribir hoy sobre el libro que en 1992, el pensador, economista e historiador Francis Fukuyuma escribió, y cuya tesis, muy polémica en su momento, expone que la Historia como lucha de ideologías, terminó tras el fin de la Guerra Fría, y lo que vendría después habría de ser un  mundo basado en democracias liberales y un pensamiento único: la Economía. De poder exponer al completo las líneas básicas de Fukuyuma, verían como de todas ellas, tal vez la que ha pervivido es lo llamado hoy Neoliberalismo, la globalización y la competitividad, obviando otras como el humanismo y la cultura.
Repasando también los más destacados pensadores que han tratado temas semejantes, sería de rigor comenzar por Adam Smitch, escocés nacido en 1723 y al que se suele atribuir la creación del Capitalismo moderno. En su obra “La Riqueza de las Naciones”, este filósofo y economista, afirmó, después de hacer un estudio de orden social, el beneficio que podría surgir para los hombres del libre intercambio entre ellos. Más o menos esa era la tesis de Max Weber, aunque completada por un análisis, según el cual, el Catolicismo ha sido perjudicial para el desarrollo económico por no sentar las bases de  un trabajo enaltecido, como hizo posteriormente el Protestantismo. Y para terminar, el más cercano en fechas, John Keynes, tan sobrevalorado como también refutado, por su teoría acerca de dotar a instituciones nacionales e internacionales de poder, para controlar la economía en épocas de recesión o crisis, ya que,-decía- el libre mercado depende de una gran cantidad de factores aparte del clásico de la oferta y la demanda.
Como ven, un amplio abanico de teorías relacionadas para llegar al actual estado casi general., o el menos europeo, de Crisis Económica. Sería atrevimiento ignorante por mi parte decir que dichas teorías, válidas o innovadoras en su momento, han fracasado al prometer beneficios, como igualmente las contrarias, defendidas por Marx y Engels, que tan nefastas resultaron  al intentar ponerlas en práctica.
Algo ocurre que, en un repaso tan ligero de ellas hemos debido olvidar. Algo que quizás corresponda a un apartado diferente: La naturaleza del hombre. O mejor dicho, las muchas formas de actuación que esa naturaleza presenta en individualidades o incluso colectivos. Y para acercar el tema a la más rabiosa actualidad, evitando irme, como acostumbro por ramas y divagaciones, escribiré a continuación que cualquier teoría por muy estudiada, novedosa o inteligente que resulte, puede caer de bruces frente a hombres concretos y organizaciones que sucumban a uno de los pecados más nefastos que en el transcurso de la historia, viene repitiéndose, al parecer sin sentido de culpa o arrepentimiento: la codicia. Tan actual en el momento presente que sus muchas variantes llenan a diario páginas y horas de noticias sin  que hasta el momento haya quien confiese, a pesar incluso de  pruebas irrefutables, ser adicto a ella.
España se ha transformado en una plataforma de dimensiones incalculables en la que existen más imputados y presuntos corruptos que jueces para juzgarlos e incluso cárceles de ser necesarias. Tenemos a tantos presidentes de Autonomías en los banquillos, tantos alcaldes, secretarios generales, políticos destacados y gestores, que para completar el elenco solo faltaba un duque de alto rango, confabulado, al parecer con muchos de los anteriores. Todos a una, podíamos decir, a la hora de utilizar el cargo para llenarse sus bolsillos. Con amnesia, si hace falta, descaro, o sonrisa de victimismo; confabulando entre todos un país, una región o una ciudad, que de seguir así llegará el día en el que como Don Quijote, no querremos acordarnos ni de su nombre. Forzando a perder la ilusión democrática que alguna vez hayamos sentido. Mirando hacia otro lado cuando aparecen quienes de verdad necesitarían parte de lo robado. Sin que a ninguno, hasta hoy, se les haya caído la cara de vergüenza.
Y es que, a pesar de la crisis, y de las drásticas medidas, si devolviesen quienes están en los banquillos, -sentencia judicial aparte- lo sustraído sin derecho, otro gallo nos cantaría a los pobres ciudadanos españoles.
Ana   María    Mata
Historiadora  y  novelista     

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Amen

Anónimo dijo...

Estafar al pueblo : sinvergüenza

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?LEMA=sinverg%FCenza

2. adj. Dicho de una persona: Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades.

Anónimo dijo...

Corruptores y corruptos

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Corruptores/corruptos/elpepiopi/20120122elpepiopi_4/Tes

Anónimo dijo...

Exigir responsabilidades penales a los gestores públicos que incumplan los presupuesto

http://noticias.terra.es/2012/espana/0121/actualidad/el-castigo-a-los-malos-gestores-podria-exigir-una-reforma-del-codigo-penal.aspx

la-de-marbella dijo...

no caerá esa breva