20 de agosto de 2012

EL IMPERDIBLE

La nave "Curiosity" lleva unos días en Marte, el planeta rojo de nuestro sistema solar, buscando signos de vida.

Hace poco se anunció el descubrimiento de la partícula Bosón Higgs, o "Partícula de "Dios",  considerada clave para comprender por qué la materia tiene masa, que se combina con la gravedad para darle peso a un objeto.


En Medicina, en Arquitectura, en las telecomunicaciones... en todos los campos se producen avances que nos dejan a todo asombrados, esperanzados o a veces incrédulos.

El mundo del deporte profesional ha sido fuente de experimentación de los avances de la tecnología, siempre un paso por delante -o dos- de los límites permitidos. Dejando aparte el asunto del doping, en los materiales tampoco se han quedado atrás. Recuerdo que en la natación hubo de ponerse freno a estas mejoras técnicas ya que con tanto flotar -bien por las sustancias del agua de la piscina o por los modelos de los bañadores- más parecían lanchas que personas.

En el atletismo también ha habido grandes avances, desde aquellas imágenes de corredores sobre tierra hasta los actuales suelos técnicos específicos para cada disciplina. Desde los sencillos uniformes blanco o negro de los participantes de antaño a los aerodinámicos de la última década. Pero lo que más me ha llamado la atención es que la figura de los últimos juegos ha sido el clásico imperdible. 

Cuatro puntos de agarre en cada esquina de un dorsal donde aparece el nombre o el número del atleta. Se han batido records, hemos disfrutado de la belleza de este deporte, pero me alegro de que uno de los nuestros, el imperdible, siga formando parte activa de estos eventos. 

El imperdible representa la metáfora del momento que vivimos: Necesitamos apoyarnos en nuestra tradición, en nuestros valores más sólidos y de eficacia reconocida. Necesitamos garantizar la estabilidad
de las nuevas propuestas fijando las cuatro esquinas de nuestro "dorsal", para que nada se tuerza y lleguemos a la meta deseada cuanto antes. 
NO debemos caer en el error de volver a tiempos de record por dopajes -léase boom inmobiliario- sino  a tiempos de sudor y esfuerzo sano, de compromiso y emoción. NO queramos ser Ben Johnson, mejor seamos Carl Lewis.

Arturo Reque Mata
Arquitecto
 


1 comentario:

JuanCris Ortiz. dijo...

Interesante reflexión. Muchas veces, cuando hacemos deporte (ya sea ciclismo, trekking o running) necesitamos hacer un alto en el camino, para ver qué ruta es la mejor para seguir avanzando y cómo ha sido el camino andado, para sacar de ahí la experiencia necesaria para hacerlo mejor con el resto del camino que nos queda por delante o en la próxima vez que tengamos que volverlo a andar de nuevo. Con el futuro de nuestra ciudad pasa exáctamente lo mismo. Ojalá nuestros gestores sepan mirar hacia nuestro pasado para hacerlo mejor en el futuro. Y si se apoyan en las nuevas herramientas cívicas y sociales, aún mejor. Marbella lo merece ;-)