(Artículo publicado en el Tribuna Express el 3 de julio de 2014)
Sabemos que en la actualidad no
eres nadie si los medios no deciden tu consagración y posterior subida o bajada
a sus altares. Tienes que estar en televisión al menos dos o tres veces por
semana, a ser posible en la sexta, y revestido del personaje que quieres
mostrar como propio. Si Mc Luham dijo aquello de la imagen como prioritaria
ante la palabra, Jean Paul Sartre se encargó de ampliarlo, con su célebre “Je
est un autre”, advirtiendo de que todos querríamos ser uno y varios a la vez,
especialmente ante los demás.
Cuando un país va bien, las
urnas suelen ser generosas con los gobernantes, pero si va mal, los grandes
partidos reciben una reprimenda que en ocasiones se presenta en forma de franco tirador –del signo que sea– que los clásicos reciben con susto, por lo que pueda
suceder.
El país anda hecho unos zorros,
especialmente en el apartado de la corrupción y en el número de las cifras del
paro. Las clases medias acostumbran a ser votantes del centro izquierda o del
centro derecha, pero en la situación actual la mayoría ha dejado de confiar en
sus líderes. ¿Es extraño que una formación nueva saque tajada de tal hecho? Igual
que en otros momentos, algunos pedantillos solemos repetir para nuestro
interior: “lo esperaba, era de cajón”. Incluso puede que haya tardado mucho…
Medio país discute con el otro
medio a causa de una coleta. Estamos consiguiendo lo que el poseedor de la
misma seguramente desea: convertirla en metáfora, en síntoma, como igual pudo
haberlo sido un pendiente en la oreja. Cualquier cosa con tal de presentarse
distinto, naturalmente, para representar a una izquierda nueva y ser los
salvadores de este desastre político.
Los gestos, cuentan, y si son
exagerados o discordantes, más. No hay más que ver al hombre de la coleta
sentar sus posaderas nada menos que en el Ritz sin alterar su aspecto de
descamisado ni su rostro imperturbable. Como un santo al que sacan de su
entorno natural y contra su voluntad le obligan a hacer lo que no quiere. Lo
malo es que él parece querer, ya que
nadie -que yo sepa- le obligó a realizarlo allí.
Será cuestión de tiempo
descubrir los auténticos rasgos de PODEMOS, es decir, de Pablo Iglesias.
Aparece con rostro amable, aniñado y al mismo tiempo con cierta crispación por
no haber resuelto ya el problema de su gente y haber consentido que la “casta”
dominase el cotarro. Pero el liderazgo trae consigo ciertas contradicciones, como
por ejemplo, obligarle a cambiar la radicalidad de su discurso en el momento y
hora en que obtuviese algún tipo de poder. Las cosas no se ven igual cuando se
está dentro que fuera, la imagen puede ser una secuela, un gancho, lástima que
luego hace falta mucho más para hacer realidad lo prometido.
Añado que su idea de democracia
no es precisamente amable y conciliadora. En un blog, el de Santiago González,
existe un video con el que el líder de la coleta ilustra en la televisión
¿iraní? su idea de democracia, que no es otra que la del Terror Francés y en el
que hace un pequeño elogio de la guillotina. Si unimos eso a las “explicaciones
políticas” que dice encontrar en los asesinatos de ETA junto a su enigmática
relación con los bolivarianos, me aterra pensar en que tipo de izquierdas
podría traernos el admirador de los “sans culottes” franceses extremos.
Es obvio que el hombre del que
hablamos ha resultado ser un gran estratega a la hora de vender lo que suele
llamarse su producto. Conocedor del poder mediático lo utiliza como medio
esencial y exprime todos sus trucos con la habilidad de un prestidigitador.
Tanto es así que ha conseguido poner nerviosos a sus contrarios, quienes,
infantilmente caen a menudo en la trampa de desacreditarlo con argumentos
peregrinos, sin caer en la cuenta de que con ello solo consiguen algún
simpatizante más. El lo sabe y provoca
en cuanto puede. Que lo insulten es una bendición.
Bastaría con preguntar de donde
y como obtendría financiación para sus hipotéticos proyectos, teniendo en cuenta
su rechazo absoluto al capitalismo que demoniza.
Siempre me horrorizaron los
salvadores de la patria, sean del lado que fueren. Los extremistas o iluminados
aún más. Por ello pienso que no estaría
de más que los políticos viejos en democracia sacaran sus barbas a remojar y al
hacerlo, sus líderes llevasen a cabo una limpieza general de la basura interna que
han ido acumulando.
La claridad nos haría ver mejor
la opacidad que tenemos enfrente.
Ana María Mata
Historiadora y novelista
2 comentarios:
En esta ocasión, no estoy de acuerdo. Cuando el de la coleta u otro ponga una cuña lo suficientemente grande entre PP y psoe ,entonces pondrán sus blanquinegras barbas a remojar y verán el lobo de cerca. Eso sera en las próximas elecciones. Nunca la corrupción fue eterna.
Para nada comparto las ideas "democráticas" de PODEMOS , y su venerable LÍDER ( la rueda de prensa o lo que sea que organizo en el HOTEL RITZ, la pudo hacer, si hubiese querido, en algún hostal necesitado de ingresos en la capital, y promulgar sus ideales con el ejemplo)
Este país, como en cualquier otro, es cosa de dos partidos mayoritarios (según mi parecer)y esto que ha sucedido le deben de servir para sanear su personal, sus cuentas, rendir cuentas con la justicia (si es que hay casos, que los hay......)=LIMPIARSE internamente y TRABAJAR para lo que han sido elegidos, es decir, gobernar dando soluciones a los problemas actuales de lo ciudadanos pero, como sí fuese un ordenador, ACTUALIZANDOSE A LAS ÚLTIMAS DEMANDAS DE ELLOS (y no trabajar con "versiones" antiguas y/o obsoletas).
Y el grupo opositor aportando ideas positivas y constructivas, he intentar CONSENSUAR con el Gobierno.
Así no hará falta ningún partido minoritario que "chantajee" nuestro sistema y prosperidad.
Los grupos minoritarios a aportar ideas y proponerlas en el Congreso para consensuarlas, si es posible. ¡FUERA LOS GOBIERNOS DE "PINZA"!
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