12 de octubre de 2015

YA TENEMOS EL BELEN



Para que luego digan que los españoles no somos previsores…pues vean, ya tenemos el Belén. Armado y bien armado. No importa que la nieve blanca ande un poco remisa en subirse a las montañas hispanas. Que el frío y la lluvia estén escondidos y el musgo escasee. Incluso que algunos continúen –pesados mojando sus cuerpos en el mar. Lo cierto es que nosotros, adelantados, tenemos ya nuestro Belén particular. Y bien montado, además. Si no me creen, abran un periódico cualquiera, oigan la radio o intenten seguir el “armonioso” ritmo de una tertulia política en televisión. Con solo una ojeada observarán que no les faltan pastores, reyes, ovejas, rebaños y mercaderes. Sobre todo estos últimos, que le dan más color. No falta de nada. Quizás sobre, pero eso es lo típico de un Belén que se precie. Yo me entiendo.
Dicen que fue Horacio el que acuñó aquello de “une a tu prudencia un gramo de locura”. Bien dijo el filósofo romano, porque el hombre perfecto es verdad que, de existir, sería un aburrido. Oigan, pero un gramo, no toneladas enteras, como parece que hubieran repartido gratis en el gremio político en los últimos días. Algo así como si a todos los que ansían mandar les hubiera entrado de golpe un arrebato de ansiedad en espera de los días decisivos o una especie de pandemia acusatoria. Vean si no.
 Estaba tan tranquilo Rajoy con su economía conseguidísima y su carismático seseo en los medios, cuando aparece Aznar, sin bigote, pero hecho un basilisco y sacando los trapos sucios del partido, regañando como león enjaulado ante lo que considera un fracaso total en las elecciones catalanas. Le echa un pulso al presidente y mete un dedo en la llaga del PP que le deja bastante tocado.
Dice el ex-del bigote que de seguir así Ciudadanos puede ser un sustituto y que sabe a ciencia cierta que muchos fieles tienen pensado cambiar su voto. Los dos quedan al borde de la fractura total. Y gracias a que Aznar olvidó el papel tan representativo que un señor llamado Rato, al que estuvo a punto de nombrar sucesor, tiene en este asunto. Mejor no “meneallo”, pensaría.
Con la mandíbula dolorida de tanta sonrisa falsa, va la señora Diaz, rubia, altiva y andaluza en ese orden,  y se descuelga con la sesgada afirmación de que no piensa hacerle mimos al guapo de Sánchez, ni prestarle la imagen de su tierra, porque ella también aspira al poder total, llámese Moncloa. Las cosas claras, debió pensar. Y que gane el más bello. Segunda ruptura.
A Garzón el también joven y guaperas le corteja Podemos, pero lo quiere a él solo, sin acompañamiento de Izquierda Unida. Amor imposible, el joven es fiel a los suyos. No hay acuerdo.
Acabado el follón catalán, y en el momento en el que el independentista más insistente, (rollazo de señor con mandíbula gigante), necesitaba el descanso que llaman del guerrero, van las urnas y conceden al grupo de los CUP la última palabra. Anuncia el llamado Baños que de otorgar a Más la presidencia, nada de nada. Que ellos son anticapitalistas, y soberanistas, desde luego, pero a su manera. Con la sombra de Pujol no quieren trato. Así que cada uno por su lado y Cataluña de mano en mano. Como las falsas monedas.
Para no ser menos, aquí en nuestra ciudad, también pelean. Izquierda Unida y los dos de Podemos lanzan reproches y esgrimen versiones contradictorias contra el partido socialista en el Ayuntamiento. Afirma Podemos que no cumplen los pactos en especial el que firmaron para crear una comisión que auxiliara a vecinos en riesgos de exclusión.
De seguir así, tendrán que dejar de darles apoyo. Amigos que se enfadan. No te quiero, no me tratas bien. No es eso lo que habíamos convenido. Tercera posible ruptura.
Y en esas estamos. Combate general anticipado a las elecciones que se prometen muy divertidas. Para ellos. Porque el resto de personal está tan harto de oírlos que me ha confesado un pajarito el aumento de ventas de CD con música de Mozart para ponerlo en el momento en que uno de los citados aparezca. Y  de la Pantoja, de Pineda o de Shakira, cualquiera vale.                     
 Si creen que falta algo en el Belén, pienso de golpe en ese Prelado del Vaticano que con su clérigman incluído exhibe en los medios a su novio catalán, cansado de fingir y del armario. El Vaticano está que trina, lo expulsa y nosotros lo ponemos como extra junto al pesebre, y así  ya tenemos el completo.
Pobre Horacio y su gramo de locura. Tenía que vivir ahora. Y a lo mejor, vista las cosas, hasta cogía una zambomba y cantaba divertido: “En el portal de Belén hay estrellas sol y luna…” Cosas veredes.”
Ana María Mata
Historiadora y novelista

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