Nos han intentado convencer de
que la política en general es un servicio al ciudadano, y el político, por tanto,
alguien que, de alguna manera debe ayudar a que la vida en común sea más fácil,
y los problemas menos complicados y resueltos con cierta facilidad. En ese
sentido la vida de una ciudad, por ejemplo, la nuestra, habría de ser una balsa
de aceite o un paraíso jaujiano cuales quieran
que fuesen los políticos de turno.
En Marbella, desde los
ignominiosos tiempos del alcalde vendedor de pisos y etc… han habido y hay dos
formaciones políticas predominantes, juntos a algunas más que se han agregado
en los últimos tiempos: P.S.O.E y Partido Popular, en compañía O.S.P, Izquierda Unida y Unidos
Podemos en las últimas elecciones.
El partido Socialista ganó estas
últimas elecciones y formó un extraño cuatripartito con las arriba pequeñas
citadas. Después de dos años de gobierno el P. P. y Opción Sampedreña optaron
por una moción de censura al P.S.O.E. y acabaron haciéndose con el gobierno de
la ciudad. Hasta aquí todo dentro de la legalidad conocida.
Desde la desaparición de Gil y
la vuelta a la más estricta forma de gobierno, los dos partidos mayoritarios
andan mirándose de reojo entre si a ver como puede el uno al otro pisarse,
hacerse “pupa”, y en definitiva comerse un terreno que ambos, desde fuera y
desde dentro creen poseer en exclusiva.
Me explico. No hay un día ni los
hubo en el pasado en el que el partido gobernante y el de la oposición no se
tiren los trastos a la cabeza en los medios de comunicación, charlas,
conferencias y demás actos sociales.
El que manda porque achaca todos
los males que encuentra a sus anteriores colegas. Y el que oposita porque
observa lo que va realizando el mandatario como negativo y lleno de errores.
“Nosotros hicimos más y mejores cosas”, dice uno. “Solo con nosotros está
consiguiendo el Consistorio realizar lo importante”, dicen los otros.
Observen, por favor, alguno de
los medios que ofrezcan noticias del Ayuntamiento. Ejemplo último: El portavoz
municipal del P. P. afirma que la delincuencia con el Partido Socialista había
subido en Marbella y San Pedro. Un concejal socialista le exige que se retracte
porque, según él, habían bajado. Uno y otro se acusan entre sí de tomar la
mentira por bandera. El anterior alcalde socialista afirma igualmente que el Partido Popular se está negando a ejecutar proyectos que estaban ya presupuestados
porque llevan el sello del P.S.O.E.
Podía seguir poniendo ejemplos
ad nauseam. Pero creo que se los imaginan.
Recuerdo de golpe una de las
viñetas del genial Quino con Mafalda, y parafraseándola, escribiría que si esta
es la línea general de la democracia de partidos…pues paren el Ayuntamiento,
que yo, como Mafalda de su mundo, me bajo.
No hay cosa más aburrida y
desalentadora que ver de continuo a los partidos que han de turnarse en la
gobernación de un lugar, sea este, nación o ciudad, perdiendo un tiempo precioso
que deberían utilizar en solucionar los innumerables problemas que
tenemos, intercambiando ultrajes,
críticas, comparaciones absurdas, desafecciones personales y rencores ante los
ojos y oídos de ciudadanos que nada pueden hacer más que mirar para otro lado y
resignarse.
Y es que, esa es otra cuestión
que deberían sopesar: Si piensan que con la retahila común del “Tu peor que yo”
o Yo mejor que tu”, consiguen algo por parte de los ciudadanos votantes, están
muy, pero que muy equivocados. No hay nada que fastidie más que el engaño, y el
hombre y mujer de la calle, es menos tonto de lo que a veces quisieran que
fuésemos.
Señores políticos de uno y otro
lado: Limítense a cumplir con su obligación de hacer la vida del municipio más
agradable. Encaren los problemas de frente. Y dejen que seamos los de afuera
quienes juzguemos su actuación al final. Por favor no pierdan el tiempo.
Ana María Mata
(Historiadora y Novelista)
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