Alucinada quedóme!...que diría una
amiga asturiana mezclado entre sus palabras en Bable. Alucinada, asombrada, y,
por qué no decirlo, casi indignada por la noticia reciente de que el
Ayuntamiento proyecta ceder suelo público educativo a Testigos de Jehová para
construir un templo.
A pesar de que el expediente ha
sido llevado con la mayor discreción desde que se inició en agosto, la noticia
ha saltado a la opinión pública a través de los medios, y como no podía ser
menos, ha dado lugar a un número importante de protestas, comenzando por las
AMPAS, y seguido por la oposición municipal que arremete contra la iniciativa.
El edil de Izquierda Unida ha desmentido al concejal de Hacienda y Patrimonio,
que aseguró que los representantes de Testigos de Jehová habían mantenido
reuniones con todos los grupos políticos.
Afirma Miguel Díaz que “Por parte de Izquierda Unida jamás ha habido
reunión ni consentimiento favorable con representantes de este grupo
religioso”.
Aún sin poder ponerme en la piel
y el criterio de cada uno de mis conciudadanos, me atrevo a expresar mi opinión
contraria a este hecho, si es que se produce. Afirmo que me parece lamentable
que el Consistorio haya negado hasta el infinito ceder parcelas para uso
público educativo, y sin embargo, no dude en otorgarlas a discreción para uso
privado. Frente a las carencias educativas que presenta la ciudad de Marbella,
y que en este Blog he dado a conocer en
múltiples ocasiones, resulta un agravio comparativo y un contrasentido la
iniciativa de ceder una parcela para uso de una comunidad privada, religiosa o
sectaria.
No se trata de discriminación
hacia la secta, tampoco me parecería normal que lo adjudicasen a otra
cualquiera de las muchas existentes. Ocurre que, como dice la Agrupación
Independiente de Ampas, que aglutina a las asociaciones de padres de 16 centros
de educación infantil y primaria, seis institutos y la asociación de altas
capacidades, solucionar las carencias en materia educativa que tiene Marbella
deben ser prioritarias para la institución municipal.
En concreto, en la parcela que
ahora se pretende ceder a la organización religiosa, el propio Ayuntamiento
proyectó en 2010 la construcción de una guardería con capacidad para acoger a
160 niños. La zona donde se encuentra la parcela no cuenta con este tipo de
equipamiento público.
Por alguna causa que desconozco,
y que mejor será dejar en la ignorancia antes que destapar motivaciones
estúpidas, la Educación, y los muchos factores que la constituyen sigue siendo
un apartado oscuro y desmotivado en las redacciones de presupuestos, no ya de Marbella,
sino de toda España. A la cola siempre de ellos, los partidos políticos y sus
representantes parecen de esa manera confirmar que desprecian la salud mental
de los ciudadanos en las primeras fases de sus vidas, como si no fuesen estas
las que darán después lugar al hombre que encierran en potencia.
Un país de bajo nivel cultural
es un país subdesarrollado por mucho que aparente su economía base. Y la
cultura comienza en el colegio, en una etapa en la que el cerebro infantil
asimila a la perfección cuanto le es mostrado y se prepara para futuros retos.
No son de recibo los barracones
prefabricados salvo en una última instancia y como preludio de una obra en
ejecución.
Mientras haya un niño sin
colegio o un adolescente sin instituto, por favor, olviden la demagogia
política y dejen de realizar extrañas concesiones.
La verdadera caridad, lo dice el
mismo Evangelio, empieza por uno mismo.
Ana María Mata
(Historiadora y Novelista)
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