La rumorología no siempre
coincide con la verdad, aunque a veces, acaban en ella, suele decirse entre los
periodistas que, por regla general, suelen hacerle caso. A pesar de ello, me
entristece que algunas noticias relacionadas con el municipio sean objetos de
rumores lejanos en lugar de llegar con la trasparencia que debieran. Y es que,
en ocasiones, el ciudadano se hace preguntas que solo son contestadas a través
de rumores o chismorreos.
Hoy voy a hacerme eco de uno de
ellos porque afecta a un asunto del que acostumbro a escribir con cierta
frecuencia.:la necesidad perentoria de una biblioteca en Marbella, y lo que
supone que una ciudad como ella lleve largo tiempo con su carencia.
No conozco, lo digo
abiertamente, ningún municipio cercano (algunos muchos más pequeños y con menos
renombre que el nuestro) que carezca al menos de una biblioteca pública.
Todavía más, las que conozco son edificios con solera y de una elevada
prestancia. Marbella parece no necesitar el apoyo que los libros prestan al
conocimiento y al acervo cultural de sus ciudadanos. O somos enciclopedias
vivientes o nuestros mandatarios poseen un alto índice de necedad. Me temo lo
peor.
Vayamos al rumor. Se dice que en
el lugar que ocupaba hasta hace muy poco el Museo de los Bonsais, ahora
clausurado, puede instalarse la esperada biblioteca, sustituyendo con ello,
plantas especiales por libros. La noticia la he visto, incluso, escrita en
algún periódico del ramo, ahora sí, en pequeñísimo formato, como si no
quisieran darla. Lo he oído también de voces que considero informadas, pero en
tono bajo y como al desgaire.
Imagino que la noticia,
expresada así, puede corresponder a dos cosas: Una, que no sea cierto, y otra
que quienes lo dicen piensen, como hacemos algunos, si de serlo, el lugar sería
el más apropiado.
No por su ubicación, sino por
las condiciones que, imagino ha debido tener el recinto mientras albergaba a
esos árboles enanos, algunos de gran belleza. Condiciones que implicarían un
grado de humedad alto, para su supervivencia, como casi toda planta que se
precie. Y esa humedad habría de ser totalmente perjudicial en el supuesto caso
de que decidiesen introducir en él los libros correspondientes.
Al ser solo un rumor que, al
paso del tiempo parece no cumplirse, he decidido no preocuparme por ello,
imaginando, de buena fe, que los implicados en el tema, habrán considerado lo
de la humedad y demás consecuencias al margen.
No puedo, sin embargo reprimir
una pregunta que como siempre, se escapa de mi cabeza al teclado: ¿Es posible
que el Ayuntamiento de Marbella no encuentre un local adecuado al cabo de los
años, para instalar en su interior una base de conocimiento y cultura tan
importante?
No creo que la creación de una
Biblioteca digna fuese a significar el empobrecimiento de las arcas de la
ciudad, más bien un gasto necesario entre los muchos que, entiendo, debe tener
el consistorio. La extrañeza me viene de no haber visto reflejado en
presupuestos anteriores partida alguna para ello, como si en lugar de un bien
común cultural se tratase de una más de las muchas fanfarrias que a veces, nos
vemos obligados a soportar.
Marbella no debería consentir que
un elemento de ese calibre falte en su entorno si quiere merecer el título de
ciudad completa y municipio destacado.
No solo de pan vive el hombre,
dice un pasaje del Evangelio, y en esos términos, aquí tal vez poseamos ciertas
cosas de relumbrón actual, pero siguen faltando las imprescindibles. Y una
biblioteca, lo es. Algún día se darán cuenta del error.
Ana María Mata
(Historiadora y Novelista)
2 comentarios:
SIEMPRE HE PENSADO QUE MARBELLA, UNA CIUDAD COMPARABLE A OTRAS, COMO NIZA, POR PONER UN EJEMPLO, NO SE MERECE EL TRATAMIENTO QUE HA RECIBIDO, DESDE LA ERA GIL, DE INFAUSTA MEMORIA, HASTA NUESTROS DÍAS, PRIVÁNDOLA DE COSAS TAN ESENCIALES COMO UNA COMUNICACIÓN FERROVIARIA EN CONDICIONES, PERO ENTERARME DE QUE NO CUENTA CON UNA BIBLIOTECA PÚBLICA ME LLENA DE ESTUPOR. MARBELLA, QUE TANTO DINERO GENERA, COMO TODA LA COSTA DEL SOL, TIENE UN GOBIERNO TAN CICATERO QUE PRODUCE VERGÜENZA AJENA.
Ana María: y yo iría un poco más lejos en el atrevimiento y plantearía: un lugar sin biblioteca es ciudad ?
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